He sido reticente a verla por algunos comentarios de amigos, que me la catalogaron como "rara". Y es algo rara, pero creo que por lo original de su comicidad. Los diálogos son tremedamente cómicos, muy trabajados desde mi punto de vista (salvo alguna tontería propia de la época en la que se rodó), y con un gran sentido irónico (las discusiones filosóficas de Woody Allen y Diane Keaton son impresionantemente divertidas, creo). La historia de un pobre "desgraciado" de la vida que por cuestiones del azar va conquistando a la propia vida, escalando posición y fortuna, hasta que, incluso en contra de sus propios principios (teóricos, pero nada sólidos, que transgrede a las primeras de cambio) se ve metido en una situación fatal, condenado a muerte por un delito que, como no, no cometió. Así, recuerda las peripecias de su vida, en su última noche antes de la ejecución. Una delicia que merece la pena degustar.