Una hora estuve delante de la tele y ya fue más que suficiente para contemplar una peli sin interés y sin gracia. Tiene algunos momentos buenos como el deseo de saber de Napoleón sobre la "relación" entre Amelia Earhart (Adams) y Larry Daley (Stiller) o cuando le preguntan al faraón Kamon Ra sobre el "vestido" que lleva. No es del todo mala, pero es inferior a la primera parte donde daba un contrapunto sexy una Carla Gugino que penaba por las esquinas por no tener una vida social y no encontrar novio (es que la Gugino es muy fea, jajaja. ¡No te jode!) que aquí la cambian por una Amy Adams que no pega ni con cola. Hace bien de intrépida piloto, pero no tiene la elegancia y que si tenía una Gugino fantástica y hermosísima en la primera película. Aun así Adams es una actriz estupenda con un futuro prometedor. A destacar algún guiño boxístico como la aparición del gran George Foreman, una absoluta leyenda del peso pesado que ganó su segunda corona a los 45 años de un sólo golpe a Michael Moorer, y la aparición de la bata de Muhammad Alí.

Me gusta la intervención de Jonah Hill, que posee un aceptable talento para la comedia como ya vimos en "Infiltrados en clase" (2012).