No se puede hacer un cine mejor. Una historia mítica, una película clave del mundo del cine. Un film que inició la carrera del estupendo actor Dustin Hoffman. De esas historias que terminas viendo con lágrimas en los ojos mientras ves aparecer los créditos finales y su final tan original y sorpresivo. La historia muestra el desarrollo de un personaje como el de Ben (Dustin Hoffman) que pasa de ser un tipo tímido, apocado y moldeable a un tipo algo más decidido. Lo que en un principio parece un juego, una aventura, se transforma en un lío tremendo. Anne Bancroft hace un papel estupendo como sexy, elegante y malévola MILF (siglas en inglés de "madre que me gustaría follarme") que seduce a un recién graduado de la universidad que apenas ha tenido experiencia con las chicas. Y esos encuentros favorecen el desarrollo como hombre de un Ben que acaba prendado por la hija de ésta, a pesar de ser bastante ingenua, tonta y fácilmente seducible. El personaje que más da el cante es sin duda el de Elaine (Katharine Ross) que borda la estupidez y muestra un aspecto muy tierno, eso sí, pero estúpido. ¿En una noche ya sabes que te quieres casar con esa persona con la que tienes la cita? La película peca de ingenua en ese tipo de cosas, pero es formidable en la historia y cuenta con un prestigio y un nombre a la altura de los films de mafia de Coppola, la del antisocial taxista de Scorsese o la cinta del escualo asesino de Spielberg. Una película altamente recomendable y donde podemos ver en uno de sus primeros papeles a Richard Dreyfuss (ya que hablamos de "Tiburón") como estudiante de la pensión donde descansa Ben al ir en busca de Elaine deseoso de llamar a la policía tras el chillido de ésta.

Es el primer film que voté en esta "sacrosanta" página en el lejano y malísimo (para mí) año 2008 y que tenía que ver de nuevo y criticar, porque ya era demasiado dejarlo pasar. No sólo me alegro haber visto este estupendo largometraje, sino que corroboro el 8 que le dí, y vuelvo a darme cuenta no sólo que adoro el cine y que es mi pasión, sino que yo quiero formar parte de él. Y a ello voy, aunque no tenga el talento de un Hoffman que borda su papel de inseguro chaval (quizás el sea muy parecido a ese personaje) ni el de una Bancroft que está de diez. Por supuesto, hay que destacar la banda sonora compuesta por el dúo Simon y Garfunkel.