Una mezcla entre 'Braveheart' y 'Gladiator', pero sin su carisma ni eficiencia, aún así la película entretiene. Antoine Fuqua reinventa la leyenda del rey Arturo y ofrece al espectador más de 2 horas de entretenimiento y épica, alejándose de la urbe y empapando la pantalla de lluvias de flecha, sangre y batallas.

Una buena película sobre la caída de un imperio y el nacimiento de una leyenda, con una buena dirección y unas actuaciones más que decentes. Recomendable para pasar una buena tarde de sofá y palomitas.