La primera vez que vi BILLY ELLIOT tendría seis o siete años. Le guardó un cariño especial porque mi hermana nació en el 2000, el año de su estreno.
Como muchas otras películas me convenció aún más de la frase tan común "Los sueños se hacen realidad" es cierta. El futuro es para los que luchan.
Volví a ver esta película hace unos días en el instituto. Veía a mis compañeros reírse por ver a un chico bailando, y casi cometo la segunda matanza de Texas.
Aún así, me sorprendió descubrir que todos estos años no habían sido una quimera, que efectivamente BILLY ELLIOT se merecía todo mi cariño y la más radiante de sus sonrisas con tan sólo nombrarla.
Volvemos al tema de siempre. La maldita intolerancia. ¿Por qué la gente cree que bailar ballet es sólo de chicas? A mí me encanta ver el ballet, me parece algo hermoso, pero nunca lo he bailado. Cuando era niña mis padres no me pusieron un tutú y me obligaron a ir a clases de baile, como no obligaron a mi hermano ir a fútbol ni a mi hermana a natación. Tuve la suerte de tener unos padres más desarrollados ideológicamente, que me enseñaron que bailar no es de maricas y que jugar al fútbol no es de marimachos.
Ojalá todas las personas pensaran como ellos.
Desde aquí quiero hacer un llamamiento a todas las personas que, como Billy, viven reprimidas por el qué dirán: No les hagáis ni caso, pelear con uñas y dientes por lo que deseáis, porque como decía Eleanor Roosevelt, el futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños.