Es una frase que pronunció Bill Gates en una charla que dio en un instituto.
Esta película resulta muy ilustrativa para esa frase ya que el actor que tan convincentemente hace de nerd (pringao en España) es nada más y nada menos que el Doctor Macizo de Anatomía de Grey, es decir un triunfador al que adoran todas las mujeres, el prototipo de guapo, sin embargo de la bellísima a los 16 Amanda Peterson no se sabe nada 25 años más tarde y menos aún de los que hacen de guaperas (que a mí nunca me lo han resultado).

La película no está mal, para mí sobre todo porque conocí un caso igual, sólo que ahí la chica popular se lió con el nerd porque le gustaba (hay que decir que era muy guapo, lo sigue siendo) y este chico saltó a la popularidad institutil desde ese noviazgo. Se le empezaron a rifar las chicas y antes nadie le miraba. La época era la misma.

En fin, película simple, pero entretenida, se ve con agrado, entre otras cosas por la época en que está rodada, aunque los 80 americanos eran más flúor que los españoles y las situaciones en el instituto más extremas.