Entiendo que las adaptaciones de libros no tienen que ser fieles. Entiendo que se tomen licencias, que se omitan detalles y que se añadan cosas superfluas. Lo entiendo porque muchas veces la gente que ve estas sagas de pelis no se ha leído los libros, lo cual es muy respetable. Pero precisamente por eso, por el hecho de que hay gente que desconoce detalles que sólo se revelan en los libros, es imperdonable que los directores se tomen TANTAS licencias y que se salten detalles TAN importantes y que pierdan TANTO metraje dando relevancia a cosas TAN poco relevantes.

Yo he leído todos los libros; y mientras estaba en el cine me di cuenta de que seguramente, si no los hubiese leído, en especial el que nos ocupa (el sexto), hubiese estado más mareada y perdida que un esquimal en pleno Sáhara. Hay cosas que no se pueden omitir, y no sólo escenas, sino términos específicos del universo harrypottiense que es necesario conocer.

Tanto besuqueo entre Ron y Lavender es entretenido, y los partidos de quiddich son muy bonitos, pero... ¿dónde está la esencia del libro? El personaje de Severus Snape está poco explotado, por no mencionar el triste papel de los mortífagos (esceptuando a la siempre espeluznante Bellatrix). Por otro lado, se nos muestra a un Harry un poco enclenque (mágicamente hablando), cuando en realidad en esta entrega se supone que ya cada vez va adquiriendo más poder porque se acerca el volumen final y Voldemort anda suelto por ahí. Pero el chaval va a su bola como si nada.

Conclusión: Escenas espectaculares (no niego que las hay de vez en cuando) mezcladas con besuqueos e inquietudes amorosas, y un ligerísimo toque de magia y de intriga (un toque ligero y etéreo como una pluma).

Eso sí, la evolución de los jóvenes actores se nota bastante: Hermione se vuelve cada vez más convincente como personaje, y Draco Malfoy promete mucho también.