En general, nos encontramos ante una comedia muy americana del siglo XXI y, por ende, a veces algo vulgar y ordinaria. El guión es flojo, y las interpretaciones de los secundarios también. En cuanto a los protagonistas: Adam Sandler no lo hace mal, por lo que podríamos decir que su interpretación es bastante aceptable; Marisa Tomei es tierna y buenina, pero sin llegar ser conmovedora; ahora sí, el que usa su histrionismo que parece que lo inventó el, el que sonríe como nadie y mueve las cejas a su antojo, el que dice las mayores barbaridades con elegancia y clase, el gran Jack Nicholson está simpatiquísimo, para echar más de una carcajada. El personaje que interpreta no es muy bueno pero su interpretación es la de un peso pesado de Hollywood, eso sí, limitada por la mediocreidad del guión. Conclusión: que el que sea un incondicional de Jack Nicholson que la vea, y que el que guste de buenas comedias, que la olvide.