En mi anterior crítica en Filmaffinity, sobre "Vivir es fácil con los ojos cerrados" (2013), de David Trueba, hablaba de clichés, y lo curioso es que en la película que he visto a continuación, "Desperado" (1995), de Robert Rodríguez, la presencia de los clichés es también importante: el vengador justiciero traumatizado por la pérdida de un ser querido (Antonio Banderas), el amigo que le ayuda (Steve Buscemi), la chica que se arrima al héroe (Salma Hayek), el villano (Joaquim de Almeida), el esbirro (Danny Trejo)...No sólo los personajes, también el México que se pinta es un poco estereotipado: todo muy pintoresco, pero pobre, con unos narcotraficantes que tienen el poder e imponen su ley mafiosa.

Da la impresión de que Rodríguez, consciente de la escasa novedad de los materiales de partida, y de los clichés que maneja en la historia por su interés en recrear el cine de género -especialmente el cine del Oeste, pero también el de acción-, trata de superar estos obstáculos a través de la estilización de la puesta en escena y de la exageración en cuanto a situaciones, personajes (por ejemplo el de Danny Trejo, que es un malo de tebeo) y descargas de violencia. Más o menos como en "Abierto hasta el amanecer" (From Dusk Till Dawn, 1996), o, por qué no, en "Machete" (2010, co-dirigida con Ethan Maniquis), pero con menor fortuna. "Desperado" no es una obra realmente convincente, pero entretiene y se deja ver, al menos por el reparto, en el que hay que destacar las estupendas colaboraciones de Cheech Marin, Danny Trejo, Steve Buscemi y Quentin Tarantino. Antonio Banderas está un poco sobreactuado.