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Voto de Pedro Triguero_Lizana:
8
Thriller. Acción Harry Callahan (Clint Eastwood) es un duro policía que se ha criado en la calles de San Francisco. Sus compañeros le llaman Harry el Sucio por sus particulares métodos de lucha contra el crimen y porque siempre se encarga de los trabajos más desagradables. Cuando un francotirador que se hace llamar 'Scorpio' asesina a una mujer desde una azotea y promete matar a más personas si la ciudad no le paga 100.000 dólares, el inspector Callahan ... [+]
8 de marzo de 2024
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La historia de esta película sólo puede surgir y tener sentido en un sistema político y jurídico democrático y de corte garantista, como el de los Estados Unidos, de manera que los criminales y delincuentes posean tantos derechos o más que las víctimas, haciendo que la Ley y la Justicia no sean lo mismo, ni que vayan juntas, sino que se separen. Es entonces cuando el sistema falla, porque reina la injusticia, y al fallar el sistema es cuando entra en escena el justiciero. Antes del justiciero encarnado por Charles Bronson en "El justiciero de la ciudad" (Death Wish, 1974), de Michael Winner, este tipo de personaje es popularizado por Clint Eastwood en "Harry el sucio" (Dirty Harry, 1971), film dirigido por Don Siegel que, como el largometraje de Winner, también generó una saga.

En "Harry el sucio" destacan positivamente muchos aspectos, tanto la dirección de Siegel como la viveza del guión, además de la calidad de la banda sonora de Lalo Schifrin o la carismática personalidad que Eastwood imprime a su personaje, Harry Callahan, un inspector de la Policía de San Francisco amargado y misántropo que posee su propio sistema de valores que le hace entender su profesión de un modo digamos heterodoxo. A su modo, Callahan es un rebelde que al mismo tiempo está dentro y está fuera del sistema: aplica la justicia y las leyes a su modo, y es lógico que sea un rebelde porque, viviendo dentro de un sistema que, pese a aplicar la Ley, no garantiza la Justicia, sólo puede hacer justicia saliéndose de los márgenes del mismo. Esta rebeldía, este "ir por libre" debían de interesar y gustar mucho al público de la época, y no deja de ser paradójico que para hacer justicia haya que saltarse las leyes...

En esta película destacan algunas cosas que relacionan al héroe (Callahan) y al villano, un repulsivo asesino en serie que se hace llamar Scorpio (Andy Robinson), por ejemplo el tema del voyeurismo: la escena inicial, en la que Scorpio mata a una chica en bañador que nada en una piscina, tiene mucho de voyeurista, y una secuencia posterior presenta a Callahan mirando desde otra azotea de la ciudad con unos prismáticos a una chica desnuda; en otra secuencia, Callahan observa a una pareja desde la ventana de una casa, encaramado a un cubo de la basura. La puesta en escena y la dirección ponen con frecuencia en primer plano la observación, el acto de mirar: así, los curiosos que miran al suicida que se quiere tirar desde una azotea (una más), o los planos en los que vemos lo que ve Andy Robinson cuando busca a su próxima víctima en un parque.

También hay otra cosa que relaciona al héroe y al villano, y es el masoquismo que parece envolver a ambos personajes, pues Callahan recibe varias palizas a lo largo del metraje, y Scorpio es acuchillado en una pierna por Callahan y además le paga a un negro para que le propine una buena paliza, para así hacerse pasar por una víctima de la brutalidad policial ante la prensa. No olvidemos que, además, Callahan tortura a Scorpio en el estadio, apretando con el pie en la pierna acuchillada del maníaco. Cuenta Bernard Benoliel en la pág. 26 de su libro sobre Clint Eastwood (publicado por Cahiers du cinéma y El País en 2007) que la Warner pensó en una frase publicitaria para la promoción del film que luego no se conservó y que decía así: "Dirty Harry and the Homicidal Maniac. Harry's the one with the badge". Desde luego, Harry Callahan es un héroe oscuro: un héroe oscuro en un mundo oscuro en el que, pese a todo, seguimos distinguiendo entre buenos y malos.
Pedro Triguero_Lizana
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