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Voto de Pedro Triguero_Lizana:
6
Drama En una ciudad provinciana, un profesor viudo lleva una vida modesta en compañía de su único hijo. Cuando en un viaje escolar, un alumno se ahoga en un lago, él asume la responsabilidad del accidente y dimite. Decide entonces abandonar la ciudad y trasladarse a su pueblo natal. Durante el viaje, padre e hijo discuten sobre el futuro y entre ellos se establece una relación al mismo tiempo cercana y distante. Un día el padre le anuncia que ... [+]
22 de abril de 2014
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este drama familiar es muy curioso: a partir de un accidente en el que un alumno muere en una excursión, y del que su profesor (Chishu Ryu) se siente responsable, este profesor decide castigarse. Así, deja su trabajo. Y, así mismo, se separa de su hijo pequeño;y, aunque, pasados los años, volverán a verse, los momentos de felicidad, y los reencuentros entre padre e hijo, serán breves. A partir de un accidente, Ozu contrapone claramente deber y deseo: pese a que el padre ama a su hijo, establece una distancia entre él y el hijo, y toda su relación con su hijo estará basada en esa distancia, en la separación, en una educación basada en hacer lo que es correcto, no en la felicidad. Desde luego, en este film -previo al descubrimiento internacional del cine japonés que se produce a principios de los años 50- ya están las características del estilo del cine de Ozu, no sólo en lo formal, con esa peculiar y muy sobria forma de organizar el espacio y el montaje, sino también en lo temático, con esas densas y dramáticas relaciones entre padres e hijos, por ejemplo "Cuentos de Tokio" (Tokyo monogatari, 1953).

"Chichi ariki" es un largometraje muy curioso en tanto que, producido y dirigido en plena Segunda Guerra Mundial, la guerra no aparece en ninguno de sus planos. Y era una época en la que, efectivamente, el gobierno japonés pedía al cine que cumpliera una función patriótica y propagandística que estuviera a la altura de las circunstancias. Este drama de Ozu permanece ajeno a las circunstancias históricas, y eso le da, hoy día, un cierto valor intemporal que, sin duda, apreciarán los exégetas y apologistas de este cineasta.
Pedro Triguero_Lizana
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