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Voto de Pedro Triguero_Lizana:
9
Thriller. Drama. Comedia Hollywood, años 60. La estrella de un western televisivo, Rick Dalton (DiCaprio), intenta amoldarse a los cambios del medio al mismo tiempo que su doble (Pitt). La vida de Dalton está ligada completamente a Hollywood, y es vecino de la joven y prometedora actriz y modelo Sharon Tate (Robbie) que acaba de casarse con el prestigioso director Roman Polanski. (FILMAFFINITY)
2 de noviembre de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que llama la atención en esta película es que, sin que su director haya perdido su enorme amor al cine, ni sus referentes mítico-cinéfilos, se plantea algo así como un compendio de anteriores temas, obsesiones, intenciones y/o estrategias: hay cosas de "Death Proof" (2007) -el especialista, ahora interpretado por Brad Pitt, y vuelve a aparecer, en un breve papel, Kurt Russell-; hay otras cosas de "Malditos bastardos" (Inglourious Basterds, 2009), en el empeño en cambiar la Historia, junto con la cinefilia; y vuelve el homenaje al "western", y especialmente al italiano, y especialmente al de Sergio Corbucci, como en "Django desencadenado" (Django Unchained, 2012), y en "Los odiosos ocho" (The Hateful Eight, 2015).

Con estos mimbres como base o fondo, Tarantino crea una historia en la que lo mismo aparece un homenaje a Los Bravos que a Bruce Lee, y una historia que se toma su tiempo, que se desarrolla con lentitud, y que sin embargo no aburre ni cansa nunca, dejando, además, un margen para la sorpresa al final. El género, ya sea en cine o en TV, representado por una declinante estrella del "western" como Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), es el que, en cierto modo, salva la situación y arregla las cosas. No hay grandes parrafadas, pero tenemos a un Tarantino desencadenado; no hay demasiada violencia, pero ésta se concentra más que nunca, y hay una visión melancólica, cálida y nostálgica de un Hollywood en crisis y en mutación, que se olvida de unos y encumbra a otros, convirtiendo a las estrellas en modas pasajeras, como la moda de los "hippies", vistos con poca simpatía. 1969 aparece como el eje del mundo moderno, es decir, el eje de la cultura popular representada por el cine y la televisión.Tarantino vuelve a su infancia, o a su patria, que es la pantalla, grande o pequeña. Y nos invita a viajar con él.

En resumen, Tarantino despliega sus asuntos favoritos, pero de una manera nueva, tal vez más sosegada, o más reflexiva, aunque con la misma franqueza: hablando de lo que le gusta, imaginando lo que le gusta, erige un retrato de su visión del mundo, conjuga el pasado en tiempo presente, y convierte su venganza poética en un ejercicio de estilo. Sharon Tate puede dormir tranquila en Cielo Drive.
Pedro Triguero_Lizana
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