Es una película divertida y entretenida, en la buena línea de Kevin Smith. No es la mejor que tiene, pero desde luego es una buena película y, como no podía ser de otra manera, los personajes de Jay y Bob son los favoritos. Son quienes menos diálogos tienen pero desde luego son pesonajes clave en todas las películas de este director.
Hay bromas, chistes malos, humor negro, humor sexual, música y referencias frikis, o sea, todo lo necesario para una película como esta.