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España España · Barcelona
Voto de Ramsés:
8
Romance. Drama Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), un soldado alemán que combate en el frente ruso obtiene un permiso para volver a Alemania. Tras comprobar que su casa ha sido bombardeada, emprende la búsqueda de sus padres desaparecidos; al mismo tiempo, conoce a la hija de un preso político y se enamora de ella.
1 de septiembre de 2008
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Erich Maria Remarque fue un prolífico autor, de los que pasarán a la historia por una única novela: La primera que escribió -que también se ha llevado al cine en un par de ocasiones - titulada "Sin novedad en el frente". En ella, Remarque, vació sus vivencias de la Gran Guerra e inauguró un estilo en el que los protagonistas son los combatientes y no las batallas y sus hechos, jugando más con los efectos del horror que con sus causas.
El hombre, que metido en la sinrazón del horror de la guerra y la fragilidad de la vida humana, bajo el huracán del fuego y el hierro, establece lazos de amistad y gasta su precaria vida en sueños de paz y en buscar abrigo y sustento, es el discurso universal que Remarque inauguró con su "Sin novedad..." y que se ha repetido hasta la saciedad, especialmente para ilustrar trabajos de discurso antibelicista.
Este esquema, simple y plano, con fuerte carga humana, que repite a lo largo de su obra y reaparece a menudo, lo hace con peor fortuna a la de su opera prima, en el guión de "Tiempo de amar, tiempo de morir".
Sin embargo, tan simple y a estas alturas, poco original relato, adquiere caracteres de obra maestra, en manos de Douglas Sirk. La facilidad del director de dar dimensión humana a los gestos sencillos y de alternar los detalles del horror de los frentes de combate con los sentimientos de las personas, establecen un relato, cargado de fuerza y de vigor, que -sin distinción de bandos ni de realidades históricas- produce en el espectador un fuerte sentimiento de rechazo de todo aquello que conlleva a la sinrazón de los hombres y mujeres metidos en el sangrante torbellino de las guerras. El mago del melodrama, que ha sido Douglas Sirk no ahorra mordacidad, humanidad y patetismo a un relato antibelicista, al que le saca todo el partido y más, para llevar al espectador a sentir la desazón de los combatientes y a las de las castigadas retaguardias de la Alemania en guerra, en un desgarrador film en el que el amar y el morir son los auténticos protagonistas.
Un último atisbo de esperanza para un futuro de paz, en forma de almendro en flor, rubrica este film espléndido, magnífico, inteligentemente realizado y correctamente interpretado, a partir de un guión que no hubiera sobrevivido a manos menos expertas que las del maestro Douglas Sirk.
Ramsés
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