Siempre ha habido y habrá una productora sumamente descarada y espabilada que ante cualquier blockbuster en ciernes se apresuran a sacar al mercado un producto de titulo y temática lo más parecido posible al taquillazo en cuestión (a "Full Moon Pictures" muerta, "The Asylum" puesta).

Siempre habrá quien desconozca este hecho (nadie nace enseñado) y ante la visión de cualquiera de estas "explotation" pongan el grito en el cielo y tiren de los mas demoledores descalificativos a la hora de enjuiciar este tipo de trabajos.

Y finalmente están los que pese a saber a ciencia cierta lo que acarrea hoy en día una producción "Asylum" se lancen como bellacos a consumir su ultimo artefacto para comprobar el grado de descaro al que los tipos de esta casposa productora es capaz de llegar y los actores en horas bajas (en este caso Cliff De Young) que se van incorporando a la fiesta (para saber más del modus operandi de "Asylum" recomiendo visitar su página web).

Pues bien, por si no lo habían notado pertenezco al último grupo y debo confesar que lo que al principio era curiosidad y firme convicción de que no me producía adicción y que cuando me lo propusiera sería capaz de dejar un habito que me consumía hora y media de mi vida cada cierto tiempo, me ha enganchado de tal manera que ante la aparición de la ultima de "Asylum" se produce algún tipo de reacción en mi cuerpo que me obliga a verla sin remisión.

Sirva tan largo preámbulo, para situar al posible lector de la reseña que voy a hacer de la película las circunstancias bajo las que voy a escribir esta.

Pues bien, la idea de hacer de la religión el eje en el que se sostiene la película da cuenta de la baja catadura moral y cada vez mas falta de ideas de estos tipejos, para despistar al personal sobre la cantidad y calidad de los efectos especiales que una película que nos va a contar el fin del mundo debería tener, algo así como que "para espectacularidad ya tenéis la de Roland Emmerich y aquí de lo que se trata es de aportar una visión espiritual del tema", pues al fin y al cabo de lo que se trata es de rellenar hora y media con tan escasa inversión monetaria (calidad de los efectos y sueldo acorde al nivel de los actores), lanzarla a DVD y hacer caja (que a la vista de la abundancia de reseñas y puntual espacio en las estanterías de videoclubs, consiguen).

En resumen, un bodrio infernal marca de la casa perpetrado por unos tipos que cada vez hacen menos gracia y a los que cada vez es más difícil defender como simpáticos caraduras y más fácil calificarlos como unos estúpidos ineptos de tomo y lomo.
De cueva de simpáticos caraduras a caterva de estúpidos ineptos.