Tras un breve prólogo en un cementerio militar, el film nos lleva súbitamente por un "flashback" a vivir unos impresionantes 20 minutos iniciales en el que el director intenta hacernos ver como pudo ser el desembarco de Normandia para las tropas aliadas con unos efectos especiales que además de espectaculares intentan aproximarse a la realidad. Después de este espectacular (y ensordecedor) despliegue de medios, el film entra en materia con una misión que no por ser menos humanitaria deja de ser absurda: al capitán Miller (Tom Hanks) se le encarga la misión de localizar y poner a salvo a un soldado (el Ryan del título, interpretado por Matt Damon) que ha perdido a varios hermanos suyos en el desembarco.

Lógicamente, Spielberg tiene un doble motivo: por un lado el más puramente heróico y por el otro el mostrar el sinsentido de la guerra y sobretodo de los altos mandos que para salvar a un soldado que ellos mismos han puesto en el frente, arriesgan la vida de otros 6 o 7. El itinerario del pelotón es de lo más convencional, poniendo de relieve en este tránsito que realizan el capitán Miller y sus hombres las claras referencias que los grandes clásicos han ejercido siempre en el cine de Spielberg (véase (Ford, Lean, Hawks, etc).

Al mismo tiempo, Spielberg tira de clichés para retratar al variopinto pelotón, excepto quizás en el retrato de su capitán, un Miller que Hanks, con mucho acierto, construye más por sus silencios y miradas que por sus palabras y actos, con un personaje contenido que se debate entre las órdenes recibidas y lo que piensa de ellas, llegando al convencimiento que más que realizar una gesta heróica, lo que realmente importa es salir con vida del "encargo".

Bajo esa fachada espectacular se ocultan, debidamente maquilladas, historias conocidas por los amantes del cine bélico, con las que el director, perfecto conocedor de los gustos del gran público, sabe enganchar al espectador. Hay que reconocerle ciertos aspectos novedosos. En primer lugar el cuidadísimo detalle realista que el realizador aplica a todos los elementos de la puesta en escena (sonidos de disparos incluidos), por otro lado el personaje del capitán Miller está construido a partir de una inteligente síntesis entre el clásico héroe bélico y el moderno con una postura más contraria a la guerra y muy alejado de los clásicos y optimistas héroes de Spielberg por excelencia. Por último, sin duda lo más acertado del film es el hecho que todo el pelotón se juega la vida por un simple soldado que no tiene mayor importancia para el desenlace de la guerra, ni guarda una información trascendental, ni se trata de un importante alto mando.

Es la forma del director de subrayar lo absurdo de la guerra. Pese a su larga duración, se trata de un film muy entretenido con grandes dosis de acción, aunque concentradas en el principio y al final, con una apariencia tan realista que acaba siendo hiper-realista que desde luego consigue enganchar.