Western dirigido por el gran Howard Hawks, el cual aunque manteniendo los convencionalismos principales del género, plantea algunas diferencias. La más evidente, es que toda la acción sucede dentro de un pueblo, a diferencia de la mayoría de westerns cuya acción sucede principalmente en espacios abiertos por lo que se puede considerar como un western urbano.

Otro punto que de entrada observamos diferente, es que sus protagonistas son de edad más bien madura, lo que nos transmite una idea de profesionalidad. Hawks demuestra su maestría en tan sólo cinco minutos, que es lo que dura la primera secuencia del film, en la que no necesita mostrar ningún diálogo para introducir a los pesonajes principales: John Wayne y Dean Martin, y de paso mostrar el arranque del film: el arresto de Burdette por asesinato. Todo el film se asienta y se construye a partir de este excepcional inicio.

Por otro lado, tanto el sheriff como sus ayudantes se encuentran casi sitiados (paradójicament en su própia cárcel) por los esbirros del hermano de Burdette, empeñado en sacarle por su cuenta. Con todos estos ingredientes, Hawks nos ofrece un western de una atmósfera asfixiante, con una cuidadísima puesta en escena (no sólo en escenas de interiores, que casi predominan a lo largo del film, sino también en exteriores, con muchas escenas nocturnas), en la que la acción se concentra mayoritariamente al final de la película, excepto por alguna pequeña escena puntual, lo que contribuye a apuntalar aún más esa sensación de opresión, o tensión acumulada que se puede notar en casi toda la película. Mientras llega el desenlace, el excelente guión se encarga, no sólo de retratar convenientemente a todos los personajes que intervienen, sino además que sepamos más cosas sobre el pasado de Dude (Dean Martin), y cede el protagonismo al resto de secundarios (Walter Brennan, genial en su papel de viejo tullido, Angie Dickinson ofreciendo el escaso contrapunto femenino, Ward Bond y la nota de juventud ofrecida por Ricky Nelson), todos ellos magníficos, que dan una sensación de conjunto.

Por encima de todo, lo que se respira en el film es una sensación no sólo de profesionalidad (el sheriff intenta cumplir con su deber que es entregar al asesino, aún a costa de su vida, y no hay ningún motivo personal para ello, durante todo el film se resalta y se ensalza la habilidad con las armas de fuego, ya sea el rifle o el revólver), sino también de camaraderia. El sheriff tiene que lidiar la complicada situación con un ex-borracho y un viejo tullido, pero aún así no parece importarle, ya que a pesar de todo confía en ellos, de hecho en el film se resaltan los lazos de amistad, como algo muy importante, y en especial se observa en la relación con Dude a quien ayuda durante todo el film. Excelente western ("urbano"), el que nos ofrece Hawks, cuya estructura fue imitada a partir de entonces (incluso por el propio Hawks).