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Voto de Sibila de Delfos:
20.246
Drama. Intriga. Thriller
Ree Dolly (Lawrence) vive en una zona rural de los montes de Missouri. Es una chica de 17 años que tiene que hacerse cargo de su familia en una situación de extrema precariedad. Su padre Jessup, tras salir de la cárcel en libertad condicional, ha desaparecido misteriosamente y, si no aparece, en pocos días perderán la casa donde Ree vive con su madre enferma y sus dos hermanos pequeños. Encontrar a su padre se convierte entonces para la ... [+]
14 de mayo de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enorme película de Debra Granik. Una de las grandes sorpresas de 2010 sin ninguna duda, y poco menos que maná caído del cielo para todos aquellos que seguimos buscando algo más que argumentos manidos y personajes planos de blockbuster.
El gran acierto del guión de Granik y Anne Rosellini es conseguir todo tipo de emociones sin recurrir en ningún momento a lo convencional, al golpe bajo, al sentimentalismo barato. La película funciona como un reloj, y lo hace desde una disyuntiva narrativa y visual seca, dura, implacable, sórdida incluso, en consonancia con esa América profunda y rural en la que está ambientada la odisea de Ree Dolly. Es intensa, absorbente, atrapa desde el primer minuto, y como decíamos antes lo hace con sabor 100% independiente.
Pero la película no sería lo que es si no tuviera como protagonista a una fascinante y magistral Jennifer Lawrence, demostrando ya lo que ha quedado clarísimo en Los Juegos del Hambre: es una estrella. Y va a ser más estrella aún en el futuro. Y éso es así porque al margen de un físico al que sin duda puede sacarle mucho partido, Lawrence es un torrente de talento. La manera en que mira es ya la de las grandes de la interpretación, y lleva el peso de la película a sus espaldas sin despeinarse, brillando en los momentos más dramáticos y también en los más tiernos (todas las escenas de Ree con Sonny y Ashlee) y tensos (ver la conversación que tiene con el agente que la informa de que le queda una semana para encontrar a su padre antes de la deshaucien). Y no me olvido de John Hawkes, verdaderamente fantástico en un personaje que nunca es lo que parece, y que acaba siendo muy distinto de cómo empieza la película.
Una pequeña joya a descubrir, admirar y disfrutar.
Lo mejor: Jennifer Lawrence, en estado de gracia, y la perfección que rebosa la película de principio a fin. Entretiene, engancha, emociona, intriga, asquea y golpea con fuerza, todo a la vez.
Lo peor: No diría que es una obra maestra, única razón por la que no le pongo el 10. Y como suele ser habitual, presenta alguno de los excesos típicos del indie americano (¿qué aportará a la trama, Dios mío, que algunos personajes se droguen varias veces?)
El gran acierto del guión de Granik y Anne Rosellini es conseguir todo tipo de emociones sin recurrir en ningún momento a lo convencional, al golpe bajo, al sentimentalismo barato. La película funciona como un reloj, y lo hace desde una disyuntiva narrativa y visual seca, dura, implacable, sórdida incluso, en consonancia con esa América profunda y rural en la que está ambientada la odisea de Ree Dolly. Es intensa, absorbente, atrapa desde el primer minuto, y como decíamos antes lo hace con sabor 100% independiente.
Pero la película no sería lo que es si no tuviera como protagonista a una fascinante y magistral Jennifer Lawrence, demostrando ya lo que ha quedado clarísimo en Los Juegos del Hambre: es una estrella. Y va a ser más estrella aún en el futuro. Y éso es así porque al margen de un físico al que sin duda puede sacarle mucho partido, Lawrence es un torrente de talento. La manera en que mira es ya la de las grandes de la interpretación, y lleva el peso de la película a sus espaldas sin despeinarse, brillando en los momentos más dramáticos y también en los más tiernos (todas las escenas de Ree con Sonny y Ashlee) y tensos (ver la conversación que tiene con el agente que la informa de que le queda una semana para encontrar a su padre antes de la deshaucien). Y no me olvido de John Hawkes, verdaderamente fantástico en un personaje que nunca es lo que parece, y que acaba siendo muy distinto de cómo empieza la película.
Una pequeña joya a descubrir, admirar y disfrutar.
Lo mejor: Jennifer Lawrence, en estado de gracia, y la perfección que rebosa la película de principio a fin. Entretiene, engancha, emociona, intriga, asquea y golpea con fuerza, todo a la vez.
Lo peor: No diría que es una obra maestra, única razón por la que no le pongo el 10. Y como suele ser habitual, presenta alguno de los excesos típicos del indie americano (¿qué aportará a la trama, Dios mío, que algunos personajes se droguen varias veces?)
