Cazafantasmas 2016 tiene un problema. Diría que un único problema.
Que ya existe una Cazafantasmas previa, y es una película mítica de los 80.
Que conste que yo soy la primera defensora del cine ochentero y su peculiar encanto y calidad, pero me parecen injustísimos los palos que se ha llevado este remake. Más que nada porque la película es un señor cachondeo para cualquiera que la vez sin prejuicios (lo cual es muy difícil, casi imposible, de hecho). Es una cinta entretenidísima, que se pasa en un suspiro, y que tiene momentos de auténtico ataque de risa. Esperen a ver los momentazos de Chris Hemsworth (qué descubrimiento como actor cómico) o muy especialmente la secuencia en el concierto de rock, sobre todo una vez las Cazafantasmas toman el escenario. Para llorar. Al menos para quien no tenga nada en contra de que esto sea un remake y no estén por ahí Dan Aykroyd o Bill Murray. O a lo mejor sí... los cameos del reparto original podrían haber estado más aprovechados, eso es cierto, y la película es lo que es y no engaña a nadie (no cabe esperar una obra maestra shakespeariana, pero es que tampoco lo pretende, ojo), pero da lo que promete e incluso bastante más.
Y qué decir de las cuatro protagonistas. Sólo con decir que Melissa McCarthy no es la más destacada... de hecho, esta vez es la menos destacada (y con todo, vaya risas con ella). Kristen Wiig borda su papel de seria del grupo, mientras Kate McKinnon y Leslie Jones, cada una en su estilo, son las dueñas de la función.
Véanla. sin reservas. Sin pensar en la original. Y a disfrutar.

Lo mejor: Lo divertida que es y las cuatro protagonistas
Lo peor: Tiene imposible luchar contra el recuerdo de la original