Olivier Assayas, responsable de la decepcionante Viaje a Sils Maria y la sorprendente Personal shopper, dos de las películas más curiosas de los últimos años, apuesta en esta ocasión por el cine comercial puro y duro y consigue un más que notable resultado con La red Avispa, la historia de los llamados "Cuban Five" o "Miami Five", espías cubanos en territorio estadounidense.
Es una excelente noticia. De hecho, es la mejor película de Assayas en años. Se trata de un relato trepidante, muy bien construido, que se toma su tiempo para presentar situaciones y personajes y después desarrollarlos con complejidad y habilidad y, sobre todo, entretenimiento también, que es vital para que una película de estas características funcione. Escenas como la primera conversación entre René y Basulto o todo el final, cuando las cosas empiezan a ponerse muy feas, desprenden una electricidad impresionante. Además, la película luce estupenda en lo visual, con esa fotografía tan luminosa que explota el buen clima de Florida y de Cuba para darnos unas imágenes bellísimas.
Además, los actores son la elección perfecta para estos personajes, y están escogidos entre lo mejor de cada casa. Edgar Ramírez, Gael García Bernal, Leonardo Sbaraglia y Wagner Moura, ninguno de los cuales es cubano o americano (son venezolano, mexicano, argentino y brasileño, respectivamente), no sólo están soberbios en sus personajes, sino que demuestran que lo importante es el trabajo y el talento, más allá de la nacionalidad o de cómo hablen. Mencionamos esto porque sí, los acentos cubanos de todos a la hora de hablar español hay que cogerlos un poco con pinzas, pero la verdad es que en general, tanto ellos como la ascendente Ana de Armas (en un momento dorado de su carrera y en permanente estado de gracia) resultan de lo más creíbles y logran que el espectador sea uno con ellos (atención además a la química de Armas con Moura, explotada hace poco de nuevo en Sergio). Por desgracia, no se puede decir lo mismo de Penélope Cruz. Sería injusto decir que está mal, pero en ocasiones sobreactúa de forma notable y además su acento es de risa (ver cuando habla por teléfono con su marido). De un tiempo a esta parte parece que no se puede criticar a Cruz porque automáticamente significa que eres un envidioso/a o que no sabes apreciar lo bueno, porque Cruz es la diosa mundial de la interpretación ahí ahí con Meryl Streep, Glenn Close y Judi Dench. Y la verdad es que sí, Cruz ha hecho interpretaciones excepcionales cuando la ha dirigido Pedro Almodóvar y ocasionalmente con algunos otros directores (Fernando Trueba, por ejemplo), pero en muchas ocasiones es una intérprete sobrevalorada, le pese a quien le pese. Que después de tantos, tantísimos años en Hollywood, siga haciendo únicamente personajes de latina, al contrario que otras europeas en América, da muestra además de lo mucho que afecta a su carrera su mal acento hablando inglés, y ni siquiera cuando ganó su más que cuestionable Oscar logró ser esa actriz magistral que muchos ven y que hay que alabar como tal bajo peligro de linchamiento. Magistral sí, a veces. En ocasiones.

Lo mejor: Los actores masculinos + Ana de Armas y la habilidad y agilidad de la narración para ir desgranando la historia y conseguir que los personajes sean interesantes y complejos.
Lo peor: Podría haber sido un poco más corta, sin duda, y la interpretación de Penélope Cruz no es demasiado convincente, ni por el acento cubano ni por sus expresiones.