Sinceramente, cabía esperar más de El canto del lobo.
La película cuenta con un alto presupuesto (muy bien usado, por cierto, porque luce espectacular), con un director solvente, Antonin Baudry, con un protagonista excepcional como François Civil (no nos cansaremos de decirlo, el mejor "leading man" del cine francés en décadas, y uno de los mejores de Europa) y con una trama... Pues, la verdad, una trama que hemos visto ya mil veces: brillante, pero atribulado, especialista debe salvar al mundo de desastre nuclear. Todo ello con la típica luz roja que siempre hay dentro de un submarino, claro. Eso no puede faltar.
Lo que el espectador se encuentra es una cinta correcta, entretenida, pero bastante tópica y anodina. No hay nada que verdaderamente llame la atención y haga que el espectador la recuerde pasadas unas horas, más allá del imponente carisma de Civil.
Aceptable, pero nada más.

Lo mejor: El protagonista y el cuidado aspecto visual.
Lo peor: Es tópica y poco estimulante.