No lo sabíamos entonces, pero Bryan Singer estaba llamado a ser una leyenda de las adaptaciones de cómic. Antes de que llegara Christopher Nolan con sus Batman (las cuales, en realidad, no son películas de superhéroes..... son thrillers de acción en los que, curiosamente, el héroe, que además no tiene poderes sobrenaturales, se viste como un superhéroe), Singer era el one and only, el único que había logrado ponerse al nivel de Richard Donner en Superman.
O lo lograría. Porque X-Men no es tan buena como lo sería tres años más tarde su secuela, X-Men 2, pero aun así es un ejemplo de cómo debe hacerse una película de aventuras. Quizás le faltan minutos para desarrollar un poco más los conflictos y matices de los personajes, que los hay, pero por lo demás es casi perfecta. Entretenimiento sin freno, sentido del humor acertado, escenas visualmente poderosas (Singer es un artista clásico a más no poder.... y ahí radica su secreto, en la elegancia y el clasicismo), efectos visuales espectaculares..... y actores perfectamente elegidos. Halle Berry justo antes de cobvertirse en estrella, Famke Janssen en el personaje de su vida (una lástima que esté tan perdida últimamente), Ian McKellen simplemente perfecto en la piel de Magneto, Patrick Stewart como el idóneo Xavier..... y sí, Jackman. Hugh Jackman. Incluso para los detractores de la cinta, ésta ha de pasar a la historia como la película que nos descubrió no sólo a una estrella y a un sex-symbol, sino a quien es uno de los mejores y más carismáticos actores de la última década. Y lo seguirá siendo.

Lo mejor: Hugh Jackman, la realización de Bryan Singer, y ser un entretenimiento de primera sin necesidad de recurrir a humor facilón u otras cosas insultantes para el espectador.
Lo peor: Ésto son preferencias personales mías..... pero no puedo soportar a Anna Paquin y James Marsden. Y la película es demasiado corta.