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Voto de Sibila de Delfos:
10
Drama. Thriller Unos delincuentes de poca monta deciden atracar la sucursal de un banco de Brooklyn. Sin embargo, debido a su inexperiencia, el robo, que había sido planeado para ser ejecutado en apenas diez minutos, se convierte en una trampa para los atracadores y en un espectáculo para la televisión en directo. (FILMAFFINITY)
22 de marzo de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sidney Lumet haciendo de las suyas. Eso es Tarde de perros.
Eso se traduce como que estamos viendo una obra maestra absoluta. Una película que es un modelo de ritmo narrativo, de tensión casi insoportable, de personajes matizados y cuidados al milímetro (y donde ninguno sobra... todos, ladrones, rehenes, policías, Leon, los padres de Sonny, la ex-mujer de Sonny y sus hijos, todos tienen su razón de ser y su peso en la historia), de guión maravillosamente escrito que acumula escenas memorables y frases excelentes, de montaje sobresaliente, de retrato de una América desquiciada tras la Guerra de Vietnam, la situación racial y los asesinatos que habían acabado con el "sueño americano" (ya saben, John y Bobby Kennedy, los crímenes de la Familia Manson, etc). Es un retrato de un país y de una época concentrado en unas pocas horas de atraco a un banco contado de forma brillante por Lumet e interpretado por actores en estado de gracia. Es cine en estado puro, y eso hay que celebrarlo.
Por supuesto, lo que más se recuerda es la potentísima actuación de Al Pacino, uno de los mejores actores de la Historia del cine, que desprende una fuerza dramática y un carisma que solo dos o tres actores han podido igualar o superar (ver cuando dicta una carta de despedida). A su lado, el recordado John Cazale está brillante como el más dubitativo Sal. Qué injusta es la vida y qué asco el cáncer que nos lo arrebató tan prematuramente. Y qué decir del extraordinario Chris Sarandon (el recordado príncipe Humperdinck de La Princesa Prometida), uno de los primeros transexuales del cine, en un personaje maravilloso lleno de bondad y sensibilidad que refleja una realidad cada vez más presente en los EEUU de los 70. De la interpretación de Sarandon han bebido muchos después, desde el Jaye Davidson de Juego de lágrimas hasta el Jared Leto de Dallas Buyers Club.

Lo mejor: Todo: actores, guión, dirección, montaje, la tensión narrativa...
Lo peor: Nada
Sibila de Delfos
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