Nueve años después de su último trabajo en cine, Sam Raimi regresa no sólo al séptimo arte sino también a las adaptaciones de cómic con Doctor Strange en el multiverso de la locura, y la buena, buenísima noticia, es que estamos ante una de las mejores películas de todo el MCU.
Sí, sin duda es enrevesada, y requiere haber visto no sólo todas las películas de la saga sino también las series (especialmente Wanda Vision), pero es que esperar a estas alturas que neófitos se acerquen al MCU es absurdo. La cinta de Raimi combina de forma casi magistral un entretenimiento absoluto y un espectáculo visual apabullante con un guion que cuida mucho a personajes y situaciones y desarrolla la trama sin prisa, pero sin pausa, y sin abusar tampoco de un metraje especialmente extendido. Además, los actores están fabulosos, especialmente un atractivísimo y fantástico Benedict Cumberbatch y una Elizabeth Olsen que disfruta como una enana de los delirios de su Bruja Escarlata.
Excelente aportación al MCU y, desde ya, una de las mejores películas del año, en general.

Lo mejor: Casi todo, y muy especialmente cómo combina un excelente guion con un espectáculo visual de primer orden.
Lo peor: Es quizás demasiado confusa y para entenderlo todo hay que haberse visto todo el MCU.