Monstruos University es una película cargada de buenas intenciones.
Para los niños es ideal. Resulta divertida, simpática, tiene algunas buenas secuencias (el prólogo, la llegada a la universidad, el examen... en general todo el primer acto, lo mejor de la película), un sentido del humor que funciona bastante bien y unos personajes entrañables (sobre todo Mike Wazowski y Randall... ¡cómo cambió de mayorcito!). Además, presenta un climax final emocionante y muy brillante, que termina de pulir la hermosa reflexión que hace la cinta acerca de los sueños, de la entrega y de los ardientes deseos que todos tenemos de ser algo en la vida y poder dedicarnos a lo que más nos gusta.
Sin embargo, esas buenas intenciones no siempre van acompañadas del talento que se le puede y debe exigir a Pixar. Desde el punto de vista de la animación, pocas pegas se le puede sacar, pues la filial de Disney sigue demostrando que va veinte pasos por delante de todas sus competidoras en el dominio de la luz, las texturas, el pelo y la expresión de sus personajes. La trama no permite el mayor lucimiento posible de los diseños, como en Buscando a Nemo, brave o Cars, pero aun así es de auténtico sobresaliente. No, donde está el verdadero fallo es en el guión. O más que en el guión en sí, en el objetivo que lo mueve. Ni todas las mejroes intenciones del mundo ni los más emotivos diálogos entre Sully y Mike pueden ocultar que esta es una película innecesaria dentro de la historia de Pixar. En ningún momento da la sensación de que lo que nos están contando sea vital para comprender mejor a los personajes que conocimos en la magistral Monstruos S.A., cosa que sí ocurría con las secuelas de Toy Story, en las que ni sobraba ni faltaba nada. Monstruos University es un buen divertimento, pero un divertimento inútil al fin y al cabo, sin ritmo en su segundo acto, sin alma, sin el encanto de su primera entrega, y que parece hecho con prisa y con la cabeza puesta en el dinero que sabían que iban a ganar con la propuesta (¿cómo no se reescribió ese larguísimo segundo acto de anécdotas universitarias? ¿De verdad hacía falta todo lo de las competiciones complementarias de sustos?). Una lástima, porque si por algo se han caracterizado siempre las películas de la casa es por ser todo corazón. Aun así, al César lo que es del César: antes de que nadie diga que Pixar está acabada... que revise las otras películas de animación que se estrenan cada año y se dará cuenta de que, para la mayoría de ellas, el 6 que se lleva en esta crítica Monstruos University ya es soñar con el cielo.
Y el año que viene, toca The Good Dinosaur. Poca broma.

Lo mejor: El principio de la cinta, y algunos personajes, como Mike y Randall, y por supuesto, el final, que entronca directamente con la primera parte.
Lo peor: ¿Dónde quedó la magia? No hacía falta que nos contaran esta historia.