Después de dos películas más que decepcionantes (sosísima la primera; descompensadísima la segunda y con un insoportable melodrama metido en medio de la acción), por fin Sam Raimi se decide a hacer la película que ya debería haber hecho en el año 2002.
Spider-Man 3 es una cinta entretenida, divertida, emocionante y mucho más inteligente que sus dos pedecesoras. Alabar los efectos especiales es innecesario, así que diré que el guión, esta vez sí, consigue combinar perfectamente las escenas de acción con los momentos más intimistas. La relación Peter-Mary Jane-Harry sigue chirriándome bastante, pero queda compensada por la notable mejora de Maguire y Dunst como intérpretes (Franco sigue tan mal como de costumbre). También hay escenas de innegable maestría, como la que detallo en la zona spoiler.
Lo que ocure es que, entre tanta corrección, se cuelan personajes de relleno como el de Bryce Dallas Howard, situaciones algo ridículas y extendidas en exceso y, lo que es más grave, un exceso de metraje de 15 minutos. Ésto, y no otra cosa, es lo que produce los altibajos en el ritmo que impiden a la película llegar al sobresaliente.
Total, que se reduce muchísimo la descompensación de Spider-Man 2, pero el querer abarcar tantas cosas le da de vez en cuando al conjunto una sensación de híbrido no muy bien ensamblado.

Lo mejor: Ciertos pasajes del guión, los efectos especiales y por supuesto, el gran JK Simmons.
Lo peor: Los frecuentes altibajos en el ritmo y la pastelosa relación de Spiderman y Mary Jane.