19 de julio de 2019
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Carrie es una de las primeras adaptaciones de Stephen King al cine (fue su primera novela también, claro), y sin duda es una de las mejores.
Brian De Palma ya era un maestro de la cámara en aquel entonces, y compone una sinfonía de horror espeluznante que estalla en su inolvidable tercio final, por supuesto, pero que ya mucho antes ha dejado muestras de la habilidad de ambos responsables, King y De Palma, para electrizarnos y mandar escalofríos por nuestra columna vertebral (ver cada aparición de Margaret o la famosa escena de la ducha).
Pero sin duda, si por algo es recordada Carrie es por la excepcional dupla interpretativa que formaron Sissy Spacek y Piper Laurie, como la madre y la hija más aterradoras de la historia del cine. Se cuentan con los dedos de una mano los casos de actores o actrices nominados a premios importantes de interpretación por papeles en cintas de terror. El caso de Spacek y Laurie es único, y su reconocimiento no es por casualidad. Spacek es Carrie, con todo lo que implica, y resulta 100% creíble antes y después de la fiesta de graduación que lo cambia todo y que se ha convertido en una de las secuencias quizás más famosas del cine. Laurie, por su parte, está absolutamente aterradora, siniestra e inquietante a más no poder como esta madre perturbada y abusiva que es Margaret.
En definitiva, una obra maestra del terror y una joya del cine a redescubrir una y otra vez. Si se atreven, claro...
Lo mejor: Todo
Lo peor: Nada
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