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Voto de Sibila de Delfos:
9
Drama Matthew Poncelet (Sean Penn), un hombre condenado a la pena capital por el asesinato de dos adolescentes, reclama desde la prisión la ayuda de la hermana Helen Prejean (Susan Sarandon). Durante la semana anterior a la ejecución, Helen intentará que Matthew consiga la absolución y la paz espiritual. Sin embargo, a la hermana Helen no sólo le angustia la espantosa agonía del condenado, sino también el dolor de las familias de las ... [+]
8 de julio de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pena de muerte es un alegato contra la pena de muerte, valga la redundancia. Pero eso no significa que glorifique a Matthew Poncelet, ni que nadie lo crea culpable, ni que se nos diga que es un tierno angelito ni que la hermana Helen Prejean sea una loca peligrosa con Síndrome de Estocolmo.
No se confundan. El crimen está claro, está probado. El tono es duro, sin concesiones, frío como las celdas y la sala de ejecuciones de la penitenciaría. Y ahí está el mayor valor de esta soberbia película de Tim Robbins: no endulza nada, no cuela nada. Introduce por la garganta del espectador el jarabe con todo su mal sabor, pero aderezado con algunas gotas de esperanza y, por supuesto, un apasionado canto a la vida y contra cualquier ley que tenga poder para quitar la vida de una persona, por horrible que sea el crimen cometido. Hay momentos sencillamente espeluznantes por el nivel de emoción que se alcanza, como las visitas de Helen a las familias de los dos asesinados o, por supuesto, las últimas conversaciones entre reo y monja, que son sin duda de los momentos más espectaculares que nos dio el cine en los 90, y hasta hoy.
Y qué decir de Sean Penn y Susan Sarandon en dos de las interpretaciones más maestras que se les recuerdan, y que deberían exhibirse en cualquier escuela de interpretación que se precie. No se puede describir con palabras lo que consiguen, el dolor que transpiran con los ojos, la voz y el cuerpo, la extraordinaria química que consiguieron. No hay palabras. Hay que verlo para creerlo.
Dead Man Walking. Una maravilla.

Lo mejor: Su tono, la enseñanza que transmite, y por supuesto los dos monstruos que hay delante de la cámara.
Lo peor: Nada. Se le perdona quizás un problemilla de ritmo en su comienzo, porque todo lo demás es tan bueno...
Sibila de Delfos
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