Noches blancas no es ninguna maravilla, ni inventa la pólvora, pero sí es una película agradable.
Con un cierto aire a ¡Qué bello es vivir! y por supuesto de Love actually y otras comedias románticas, Luke Snellin adapta una famosa novela juvenil con un reparto en el que sobresalen la siempre estupenda Joan Cusack (que anda algo perdida en lo que a exposición pública y películas populares se refiere, la verdad, aunque no ha dejado de trabajar en ningún momento) y "Sabrina" Kiernan Shipka. La mejor trama, no obstante, es la de Anna Akana y Liv Hewson, esas Tegan y Dorrie que rezuman simpatía y fuerza. La película es entretenida, simpática, tierna y llena de buenos valores, y como tal es perfecta para pasar un rato agradable y en familia, especialmente en las fechas navideñas, por supuesto.
Aceptable.