Si no fuera por la larga duración que tiene, creo que le pondría el 10. La escenografía es una maravilla, en sí la película es muy colorida y la temática es absorbente, cómo poco a poco Patrizzia Reggiani (encarnada por una deslumbrante Lady Gaga, que además destaca su gran actuación) va apoderándose de la franquicia Gucci a costa de su marido Maurizio Gucci, mientras se desarrollan guerras internas de poder.

Este tipo de historias reales con el toque dramático, y sobre todo si se apoya bien en un libro, me suelen llamar bastante la atención. Y vaya si lo ha conseguido. No he salido del cine con tan buena sensación de haber dicho "que buen dinero invertido" desde quizá, Endgame, y he ido bastante al cine desde la cuarentena. Ridley Scott, a sus 84 años, consigue hacer maravillas con la historia de los Gucci, además del gran casting que coprotagoniza la película con Lady Gaga: un impecable Adam Driver, el legendario Al Pacino, un camaleónico Jared Leto y, aunque se queda en menor plano, el bueno de Jeremy Irons.

Lo dicho, la duración es lo único malo que le veo. Sí que es cierto que tras hora y media puede llegar a ser un poco tediosa, pero consigue atrapar con ese final que ya todos conocemos. Y me encantaría que Lady Gaga, la cual es la primera vez que la veo actuar (y me ha encantado), ganara el Óscar a mejor actriz, o al menos (que de seguro) tenga una nominación.

Muy buen acercamiento también al mundo del diseño y moda de los Gucci, uno de los imperios de la moda más grandes y exitosos que hay.