Miguel Littin y todo el elenco, realizaron un trabajo enorme para lograr este trabajo. Viajar, filmar en esas tierras en las cuales aún no es fácil hacerlo, y soportar ver la falta de respeto enorme existente en contra del pueblo Palestino, de parte del pueblo Judío, siendo Littin descendiente Palestino.
Todo esto para entregarnos una gran película, notables actuaciones y tomas realmente notables.
La última luna, nos muestra la realidad en este suelo tan pisoteado y a mal traer (Palestina). Con actuaciones de gran nivel, como lo es la de Tamara Acosta, inclusive una actriz medianamente aceptable, como Francisca Merino, logra un notable registro.
Lo más rescatable y al mismo tiempo admirable en este film, es sin lugar a dudas, el haber logrado sacar de el cine Chileno el estigma que carga durante largo tiempo. Esto es, el que no existia film Chileno que no basara su guión en garabatos y sexo, esto deja en claro que el arte lejos puede dejar de lado lo burdo y dedicarse a edificar en conciencia.
Excelente film,recomendable 100%.