Recuerdo que vi esta película por recomendación de un amigo, dicho amigo, al igual que yo, gusta de ver rarezas inclasificables. Al ver que era de Estonia, me dije que ya era demasiado extraño encontrar una película de aquel pequeño país.
La historia es de esas que no te encuentras a la vuelta de la esquina, es una especie de agradable pesadilla envuelta en una hermosa y mística fotografía. Acompañada de una sofisticada música, las brutales imágenes se engrandecen más, así como su exacerbada violencia. Una agradable propuesta, cargada de lienzos sugerentes y surrealistas, para no perderse, cuasi una obra maestra.