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Rep. Dominicana Rep. Dominicana · Santiago
Voto de Felipe:
8
Drama Década de 1990. Tonya Harding es una prometedora patinadora sobre hielo estadounidense, una joven de clase obrera, siempre bajo la sombra de su implacable e insensible madre, pero con un talento innato capaz de hacer un triple axel en competición. En 1994, su principal rival para los Juegos Olímpicos de Invierno es su compatriota Nancy Kerrigan, a la que, poco antes de los Juegos, un matón a sueldo la golpea la rodilla con una barra de ... [+]
2 de enero de 2018
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El sacrificio que duele cuando lo dejas todo por ir detrás de un sueño y tienes de fondo a una familia que de pronto se convierte en tu enemiga. Una historia triste para cualquiera que tuviese el valor de vivirla y contarla luego.

No me sé la historia real de la patinadora y aunque investigué después, no soy experto en el tema para decir si la película está exagerado o no. Como espectador, me senté y la vi hasta morir, me quedé corto en aplausos. Vamos, que las películas de deporte se me hacen eternas y aburridas, pero esta estaba muy entretenida. Contada de mil formas diferente y en tantos formatos, que si documental, que si autovideo, que si entrevista.

Brutal actuación la que se acaba de echar Harley Quinn, conocida como Margot Robbie, ¿o era al revés?
!Madre de Dios!, barre con la competencia de este año. Y es que cuando ya has encasillado a alguien como meramente comercial, te cuesta creértelo y si hacen esto, que ha hecho Margot Robbie con Tonya Harding o Marion Cotillard con Édith Piaf en su momento, hay que rendirse a sus pies. La crítica también debería. Son los primeros en argumentar que las mujeres carecen de papeles con un grado fuerte de responsabilidad y los secundo, pero cuando te encuentras sentado en el cine viendo una película, que no sabe de lo que va, que no tienes idea de la historia que hay detrás y se reproduce: I, Tonya. Ya sabes que tienes que hacer. Disfrutarla y aplaudir.

Robbie que se mete bajo la piel de otra para darle vida propia y matizar cada una de sus emociones y sentimientos. Está espectacular lo que logra con el público, todos estamos echándoles porras y tratábamos de darle ánimo, pero no nos escuchaba, estábamos eufóricos con ella. Lo que está chica logra transmitir es pasión. Una devoción artística por lo que ama, patinar para ser libre, feroz, reina de la pista, alejada de maltratos y rencores.
Felipe
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