En ocasiones para conseguir hacer una pequeña obra de arte no es preciso recurrir a argumentos épico o al límite ni a actores de renombre; sino que se puede lograr una película con la magia que requiere el buen cine buscando en lo más cotidiano, diario y común,para lograr momentos de poderosa fuerza emotiva y belleza, que se te queden grabados en la retina, el corazón o la memoria.
Y un ejemplo de este cine initmista y realista es el que nos muestra el gran director indio Satyajit Ray en esta cinta (primera de su trilogía de Apu), que se centra en la vida de una familia empobrecida y endeudada en una aldea de la India de los años 20, que subsiste con lo que puede gracias al esfuerzo que hacen los padres, Harihar Ray y su mujer Sarbajaya, por que su hijos Apu y Durga lleguen a ser algo en la vida a pesar de sus míseras y precarias condiciones. Y a través de los días y mesesde los que somos testigos vemos algunos rasgos del mundo rural en el que habitan: la falta de comida, la escasez de educación, las enfermedades, el monzón, la falta de infraestructuras, su creencias religiosas, sus representaciones rituales.. así como la forma en la que los afrentan todo lo posible.
Considerada por muchos críticos como una de las mejores películas de toda la historia y prueba del gran talento de su director, capaz de hacer brillar la pobreza y el blanco y negro como nadie en escenas inolvidables, es algo que no debe perderse ningún cinefilo.