Sinceramente, la década de los 2000 ha sido una década marcada por las guerras inútiles, el fanatismo, la xenofobia, y una década en la que se ha exaltado casi todo lo podrido de nuestra sociedad. A veces, lo primero -las guerras inútiles- son una muestra de que una civilización no tiene un objetivo claro y real. Hubo miedo e incertidumbre, y en realidad, no se sabía exactamente contra quién se iba a luchar.

El "Plumilla" es testigo, en esta gran serie sobre la Guerra de Irak del 2003, de cómo el mejor ejército del mundo combate y vence, pero no derrota definitivamente, al enemigo real (que permanece oculto) en una guerra que no servía para nada y para nadie. Con su libreta, apunta los nombres de esas personas que combatieron en medio del desierto; habla con ellos, cuentan sus vidas, tienen sus opiniones, combaten, cumplen con su deber...

Pero en el fondo odian esta guerra. A veces ni nos llegamos a plantear qué opinan aquellas personas que están allí, en el culo del mundo, y el ciudadano medio protesta sin más, sin llegar a comprender lo que para ellos significó el estar allí. A veces lo recuerdan con agrado, otras veces no. Odian a sus líderes tanto como nosotros, pero hay que cumplir con la misión: ser soldado consiste en tragar mierda sin que te quejes. Asi que, si el "Padrino" quiere que tragues mierda aunque no le guste que sus hombres se la traguen, trágatela sin rechistar.

Están solos, son unos incomprendidos, aguantan todo lo que les echen... pero eso les da igual mientras puedan seguir viviendo. Lo que hay que quitar son políticos, así les comprenderíamos.