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Voto de gonzalo restrepo sanchez:
8
Fantástico. Aventuras. Drama Adaptación de un cuento para niños de Maurice Sendak. Cuando Max, un niño desobediente, es enviado a la cama sin cenar, se zambulle en un mundo imaginario creado por él y que está poblado por feroces criaturas que le obedecen ciegamente. (FILMAFFINITY)
20 de diciembre de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Donde viven los monstruos”, libro infantil escrito e ilustrado por Maurice Sendak en 1963, en esta oportunidad es llevado al cine por Spike Jonze (“Cómo ser John Malkovich”, “Adaptation”) y protagonizado por Catherine Keener y Mark Ruffalo.

La historia contada con cámara en mano, para armonizar de alguna manera una estética sobre la aparente ferocidad de Max —hijo de una madre divorciada y de muy poca paciencia con él—. Un día y después de una rabieta, el chaval decide huir de casa, e irse a “una isla habitada por monstruos”.

Una vez vista la película, la primera pregunta que surge es ¿dónde “viven” esos monstruos —buenos o malos— que habitan en el ser humano? Pues digamos que en nuestro interior, en nuestra imaginación —redes neuronales en la corteza cerebral—. Y es que la rebelde imaginación del travieso e inquieto Max, es la más clara respuesta que, para calmar el desánimo —en la mejor de las estrategias—, está en nuestras pequeñas utopías.

Ahora, toda esta reflexión anterior, la médula de todo este maravilloso film (¿para niños?), la evidenciamos en los diálogos entre los “amigos” de Max y él mismo. Cuando escuchamos: “No vale la pena conocerme soy una tristeza”. La idea consejera de la historia es utilizar la imaginación para protegernos del desánimo y la soledad. Max al hablar con sus “contertulios”, especialmente con Carol, le dice que tiene ese “abre rendijas” —que no es otro que la misma imaginación— para lograrlo. No olvidemos que Max había sido castigado por su madre a encerrarse en su cuarto.

Buena película que una vez más toca ese imaginario individual. Es Carol en el film ese “amigo consejero” —entiéndase voz interior— que uno posee para imaginarse uno mismo, lo que nadie te puede ayudar a figurar.
Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic. Barranquilla, Colombia)
gonzalo restrepo sanchez
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