Tengo que decir que el Tío Martin ha estado "sembrado" con esta película. Aprecio mucho el cine de Scorsese. Es un director bastante particular, con una manera muy especial de contar historias. El rasgo que más me llama la atención de sus películas es que tienen una intensa labor de construcción. Nos suele presentar a unos personajes complejos, con matices, de dudosa moral en numerosas ocasiones, sumergidos en situaciones personales muy complicadas. El mínimo común de estos personajes es que todos acaban vislumbrando su final, su decadencia, y sin embargo permanecen, impotentes, en medio de la tormenta que les lleva inexorablemente hasta su desdichado sino. Sin embargo, los personajes de sus historias, aunque puedan perecer en el cine, permanecen en la memoria del espectador.

Pues bien, jamás olvidaré esta película. Por su argumento, por sus interpretaciones (Jack Nicholson es simplemente espectacular), por sus tremendos diálogos, por el final (quedé petrificado contemplando los últimos 30 minutos de la película. Sí, sí, los últimos 30 minutos son un DESENLACE en mayúsculas. Hacía tiempo que no veía un final tan apoteósico como el de esta película). Ver esta película es invertir mejor que bien el tiempo. Es disfrutar de cine en estado puro.