Peter Pan

Nunca Jamás

Una persona y un lugar que marcaron mi infancia. El simple hecho de hacerles cobrar vida de nuevo (sin un actor principal tan "ídolo de masas" como posteriormente sería Jeremy Sumpter) ya es un punto extra para la película.

A mayores el universo de Peter está más que logrado. La casa de Wendy y cada rincón del país de Nunca Jamás parecen sacados directamente del cuento. La casa del árbol de los niños perdidos, el barco de Garfio (Hook), las sirenas... Todo te arrastra de nuevo sin remedio a la magia de ese mundo donde nunca se crece.

Y hablando de no crecer nunca... Peter... Peter... Pan... ¿¿Abogado?? Bueno, respira hondo. En cierto modo tiene lógica, hasta es bonito. Se enamoró se quedó y tuvo que crecer...

30min Later...

¡Este viejo aburrido no es mi Peter! (voz de niña pequeña frustrada)

Pero supongo que precisamente en esa frustración infantil se basan los sentimientos que te embargan en el desarrollo de la película.
A medida que va despertando Peter Pan, poco a poco te sientes más niño... Vuelve la ilusión, los juegos, la imaginación, la falta de preocupaciones, las ansias de aventura, las sonrisas gratuitas, las carcajadas sin sentido... Toda esa magia se transforma en una ilusión creciente, en una alegría casi enfermiza... Bueno, si añoras tanto la infancia como una servidora (aunque no me quede demasiado lejos).

Pero volviendo a la película. Su mayor fuerte es precisamente el mensaje. Ese deseo de permanecer siempre joven, de nunca perder el espíritu de la diversión. Sumado al valor de la familia y a la magia y añoranza de la historia original. ¿Alguna pega...? Campanilla. Que hable, se hace extraño. Al principio resulta simpática, pero esa aparición estelar en tamaño extra no acaba de convencerme...

Los personajes bastante logrados. El capitán Garfio tan malvado, desgraciado y aparentemente desorientado como siempre. El Sr. Smith igual de lame culos y cambia chaquetas. Los niños perdidos: graciosos, pintorescos, algunos simplemente adorables y la nueva figura, el sustituto temporal de Peter: Rufio. Este último es un personaje curioso. Rebelde, envidioso, con ganas de mantenerse en el liderazgo. Queda abandonado hasta el final de la película así que no llegas a cogerle aprecio, pero tampoco se echa demasiado en falta. La hija de Peter adorable y el hijo despechado y dolido.

Digamos que todos cuadran bien dentro de su dimensión y que al final todos cumplen con su parte tal y como se esperaba. ¿Predecible? Por supuesto. Pero eso forma parte del encanto de ser un niño ¿no? Disfrutar de los finales felices.