Me uno al carro de los decepcionados, comparar una obra de Linch con esto es como comparar La persistencia de la memoria de Dalí con la vomitona de un borracho en la acera.
Aburrida, sin sentido y carente de gracia, cada vez más me cuestiono la bipolaridad creativa de este director, ya que mi crítica no es producto de una mente cerrada que se escandaliza al ver a una vieja sacarse leche de los pezones continuamente, en mi defensa diré que me descojoné y maravillé con Visitor Q, por lo cual no creo que nadie me quiera meter en el saco de los de “este no sabía en qué jardín se estaba metiendo cuando le dio al play”.
Es simplemente que no estoy por la labor de comerme todos los truños que elabora este prolífico loco de la cámara. La película trata sobre… la verdad… ni idea. Recomendable para… la verdad no sé a quién recomendar esta obra, a mi jefe puesto de lsd y atado a la silla en plan Método Ludovico quizá.
Gracias por tu tiempo leyéndome.