Esta es una película que peretende seguir las leyes de la física (digamos que mucho no lo logra pero...).
Nuestro protagonista (Owen) es una especie de versión gángster del conejo Bugs Bunny que por algún error del destino termina "protegiendo" (vaya manera de proteger) a un bebé.
Hay escenas que parecen ser sacadas de alguna película de Tarantino, al cual parece estar homenajeando (fallidamente) o de "Leon" (film de Luc Besson) otra película a la que parece idolatrar.
Digamos que posee un alto nivel de humor negro categoría media.
Y lo que se agradece son el sonido, montaje y efectos visuales.
En fin un divertimento técnico de guión ausente.

Lo mejor: Paul Giamatti hablando con su mujer.
Lo peor: la historia es absurda hasta decir basta.