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España España · Madrid
Voto de ordell:
5
Drama. Romance Humbert Humbert, un profesor cuarentón, llega a Ramsdale (New Hampshire) y alquila una habitación en casa de la viuda Charlotte Haze que tiene una hija de once años. Humbert se enamora perdidamente de la chiquilla y concibe un perverso plan: casarse con la madre para poder estar siempre cerca de la irresistible Lolita... Adaptación de la novela homónima de Vladimir Nabokov. (FILMAFFINITY)
22 de agosto de 2008
54 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que conste que yo soy de los que opinan que las adaptaciones de un libro a la gran pantalla jamás deben maniatarse al original. Sí la adaptación es un calco del libro, ¿que sentido tiene gastarse el dinero en hacerla, más que para acercarlo a quién no tiene ganas de leérselo? Por eso, no son los cambios (escasos, la verdad) que se producen durante la traslación del libro al cine lo que me llevan a darle una calificación tan baja al film de Kubrick.

Pero tampoco son motivos puramente cinematográficos, he de reconocerlo. Imagínense mi desazón cuando compruebo que Kubrick coge el que es mi libro favorito y lo convierte en una de sus obras más ramplonas. Como lo oyen. Ni pizca de la mala baba de "¿Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú", ni de la perfecta unión entre imágen y música de "La chaqueta metálica" ni de la logradísima atmósfera de "La naranja mecánica". Aquí la única muestra de verdadero talento vuelve a ser la composición de los planos, sirviendo como ejemplo el ordenadísimo desorden del decorado de la escena inicial.

Una escena inicial que ya comete el primer fallo, y es que nos resume toda la película. A los 5 minutos (de una película que dura dos horas y media), ya sabes que Quilty se las ha ingeniado para llevarse a Lolita y que Humbert le mata por ello. La fina insinuación con la que comenzaba el libro ("Pueden confiar en que la prosa de los asesinos sea siempre elegante"), que nos hacía temer un final mucho más tópico para acabar sorprendiéndonos, aquí se desvanece, y Kubrick nos da toda la historia ya masticada.

También resulta poco gratificante el excesivo protagonismo que recibe Quilty, y no sé yo por qué Nabokov, que muy inteligentemente lo hacía aparecer puntualmente en la novela, hace que el guión esté plagado de intervenciones de éste, a veces graciosas (por el innegable carisma de Peter Sellers), pero mayoritariamente cargantes. Además, la construcción de los personajes sale perdiendo respecto al libro, y si bien en el original a Humbert se le entendía perfectamente, aquí no termina de quedar claro porqué prefiere a una niñata respondona e ignorante antes que a todas las mujeres de su edad que se le insinúan.

Y es que el personaje de Lolita en esta película tiene pecado. El símbolo de los deseos más prohibidos del hombre reducido a la categoría de calientabraguetas de instituto. Y Sue Lyon, preciosa, vale, pero no acaba de convencer como actriz (y de hecho nunca triunfó). James Mason crea un personaje un tanto patético, quizá para dejar claro a dónde le lleva su pasión por Lolita, pero gracias a eso resulta un poco extraño ver el éxito que tiene con las mujeres. Shelley Winters, muchísimo mejor, dónde va a parar.

Con todo, es una versión mucho mejor que la de Adrian Lyne. Pero si quieren maravillarse de verdad con una historia sobre la pasión desmedida, el deseo prohibido, el azar, y muchos otros temas, ahí tienen el libro original. Pocas lecturas más fascinantes existen, en mi humilde opinión.
ordell
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