Desde la ambientación inicial, con Max Von Sydow volviendo de las cruzadas se huele un tufillo a orgullo y honor en el ambiente. Bergman es capaz de lograr una pareja de guerreros envidiables sin la necesidad de mostrarlos en combate.
En la V.O. Gunnar Björnstrand tiene monólogos dignos de ser los mejores del cine mundial en mucho tiempo. En mi humilde opinión son lo mejor de la película, y capaces de sobrecoger con su contenido. Es complicado entender como alguien puede expresarse tan rápido, tan bien, y con tanta intención.
Por contra Bengt Ekerot, tiene -sorprendentemente- un papel irrelevante. "Buenas soy la Muerte y vengo a por su vida", "Encantado. Ya puede irse". La muerte, ni te embauca, ni te atemoriza, ni tan siquiera te inflige respeto. Por esto, lo peor del film, puede que sea el final, con una reflexión de quién debe morir y quién debe vivir (y con una acción positiva de Max Von Sydow, redimiendo sus pecados cometidos en la guerra) pero con una falta de ritmo que no se aprecia en el resto de la trama.