Billy Wilder tenía una habilidad superlativa para estructurar guiones y aquí estamos ante una de las grandes películas, no ya de su época, sino de toda la historia del cine. La densidad de los personajes ya sean principales o secundarios hacen que esa intensidad no afecte al buen ambiente y empatía que parece adivinarse entre los actores y esto, dado el carácter de la señora Dietrich y el señor Laughton, se llama dirección de actores.
Charles Laughton hace uno de los papeles más grandes de su carrera. Fue un actor portentoso sin dudas. En esta película su personaje muestra, de manera espléndida, su respeto a la tradiciones de la justicia británica y su compromiso con la defensa de sus clientes por encima de todo, incluso de su salud.
Tyrone Power y Marlene Dietrich nunca estuvieron tan bien. Se podría decir que esta es también una película de actores que componen personajes "vivos", reales, de carne y hueso. Eso le otorga a la cinta un carácter atemporal.
Billy Wilder fue un director de interiores, de platós y aquí nos muestra un fabuloso trabajo de arquitectura, recreando una sala del Tribunal de Justicia de Londres, montando un duplicado detallista de esa estancia.
"Testigo de cargo" es una de las llamadas "películas de juicios¨, basada en una novela de Agatha Christie. En ella se habla de la moral, de la mentira y del sacrificio por amor. Se emplea el uso del flashback para dar solidez a la historia de Power ( ZONA SPOILER).
La cinta cuenta con un final apoteósico, ya que en las últimas escenas, la trama va girando de manera radical, pero
planificada con cuidado y minuciosidad, que logra dejar al espectador desconcertado con el desarrollo de la trama.
"Testigo de cargo" es una película de OBLIGADO visionado para cualquier cinéfilo.