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Voto de Gabi Oldman:
7
Drama En un pequeño pueblo de la región de Calabria, los hermanos Carbone llevan años viviendo del lucrativo negocio familiar: el tráfico de drogas. Eran hijos de pastores, pero ahora forman parte de la familia criminal calabresa del entorno de la ‘Ndrangheta. Luciano, el mayor, alejado del resto de la familia, intenta mantenerse al margen hasta que su conflictivo hijo Leo empieza a acercarse a su carismático tío Luigi y sus turbios negocios. ... [+]
18 de octubre de 2015
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En la punta de la bota de la península itálica se enmarca esta película sobre el mundo de la mafia calabresa, la ‘Ndrangheta, desde el punto de vista del drama más crudo, las consecuencias de pertenecer a un clan aunque sólo te toque por consanguinidad.

La familia es la familia, eso que por mucho que nos duela no podemos elegir. Así, al igual que ocurría con el Michael Corleone en la primera parte de El Padrino (Francis Ford Coppola, 1972), por muy alejado que uno quiera estar, cuando la sangre toca en lo cercano, el pasar a la acción se convierte en un instinto pese a que la tragedia se huela desde un principio.

A caballo entre Milán y el mundo rural calabrés, con una fotografía que presta especial importancia al contraste de paisajes, la cinta se centra en el drama que sufre un padre de familia, apartado del mundanal ruido, con un hijo rebelde que quiere formar parte de los turbios negocios de su tío.

La película, con un ritmo lento y pausado, donde en ocasiones el único sonido que se escucha es el ambiental durante planos largos que dan ese toque de realismo, cercano a los maestros italianos, que una historia de drama social necesita. Sin grandilocuencia en las palabras, ni especial interés por la sangre explícita, se nos presenta una cinta cruda e impactante de igual manera, sombría y, ante todo, sobria en cuanto a cómo está narrada: con sincera objetividad.

El morbo, la violencia y demás ingredientes típicos de cine de gángsters están de alguna forma censurados en esta cinta, pero en continua implosión en cada uno de los personajes; algo que se hace ver en cada mirada y en cada gesto, remarcado por los abundantes silencios o las conversaciones que parecen no llevar a ninguna parte (como en la vida misma).

Calabria, o “Almas negras” en el original, es más que una película sobre “mafia del sur”, como el subtítulo del castellano nos anuncia; es un drama rural sin maniqueísmos ni pretensión de denuncia que nos muestra lo cerca que está la violencia de nosotros aunque no podamos verla.
Gabi Oldman
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