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Voto de Chris Jiménez:
5
Intriga Al salir de la cárcel, Jimmy Kilmartin, antiguo ladrón de coches rehabilitado, rompe toda relación con los antiguos colegas que lo traicionaron y decide empezar a vivir honradamente. Sólo mantiene contacto con su primo Ronnie, propietario de un taller de reciclado de vehículos robados. Una tarde Ronnie le pide a Jimmy un favor: que sustituya a uno de sus conductores, pues debe enviar los coches manipulados a su patrón, un gángster ... [+]
4 de mayo de 2024
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En esa peculiar ola de "remakes" de clásicos del cine negro que tanto se extendió durante los años '80 y '90, uno de los títulos posiblemente menos recordados sea la versión modernizada de la excelente "Kiss of Death" de Henry Hathaway.
Aunque hablar de "remake" es difícil en este caso.

Ni siquiera el sr. Barbet Schroeder lo tenía claro. Cuando se le mencionaban siempre decía que como mucho era una sombra del film de 1.947, al que incluso le pensaba cambiar el nombre para evitar la relación; también fue un proyecto soñado ya que siempre quiso colaborar con el gran autor y guionista Richard Price, quien por cierto había llevado a cabo la misma tarea unos años antes reescribiendo para Irwin Winkler otro clásico del género, "Noche en la Ciudad". Vuelven los delincuentes de poca monta, los malos barrios, los funcionarios corruptos, pero lo único que tal vez relacione esta obra con la de Hathaway es el logo de la Fox y algunos escenarios de rodaje en Queens.
Helen Hunt da vida a un personaje ausente en la original (sus secuencias se filmaron, pero terminaron tristemente eliminadas del montaje): la esposa del protagonista, que lucha para llevar una vida normal tras su puesta en libertad. La gran diferencia entre el Jimmy de David Caruso y el Nick que encarnó Victor Mature (además de tener una hija y no dos) es que el primero no quiere revivir sus tiempos de criminal, mientras el segundo no tenía más remedio debido a los duros problemas económicos; ahora es un tercero (Michael Rapaport) el que incita al protagonista a participar en un robo, y no de joyas, sino de coches.

Y este robo está organizado por el villano de la historia, "Little" Junior Brown, que básicamente es Nicolas Cage interpretándose de nuevo a sí mismo (en un mal fin de semana) y pretendiendo reemplazar al Tom Udo por el que Richard Widmark se alzó como uno de los villanos más espeluznantes de la Historia del cine. Los esquemas narrativos son casi los mismos, con el pobre protagonista dando con sus huesos en la cárcel por negarse a cooperar con la policía, pero los secundarios alrededor sufren algunos cambios drásticos, empezando por el fiscal que colabora con él.
Si antes D'Angelo sentía compasión por Nick por su delicada situación familiar y se entregaba en cuerpo y alma al cumplimiento del deber, el Zioli de Stanley Tucci es un cínico repulsivo que sólo desea poder y prestigio. Por su parte el guión de Price (que cuesta creer que lo haya escrito él) adolece de cosas como el mal uso de las elipsis, el trato de personajes y el confuso desarrollo de la trama, que se divide en dos partes: cuando Jimmy está en prisión y cuando es libre otra vez. Y en la 1.ª se nos presentan individuos cruciales que son borrados del mapa con toda frialdad y sin que le importe a nadie (para lo que hace aquí la srta. Hunt mejor que ni hubiese aparecido).

En la 2.ª parte prolifera el enredo, hasta extremos imposibles. Y es porque otros personajes que no aparecían en la original, y que no son necesarios de ninguna manera, se meten a hacer bulto; el de, por ejemplo, el policía de Samuel L. Jackson que resulta herido durante la detención de Jimmy y sus compañeros, sería en realidad la versión adecuada de D'Angelo, o el del traficante Omar, que sólo añade más locura a este manicomio, cuando se descubre su doble identidad. No hacen falta para nada porque lo importante es la relación entre Jimmy y Brown, más estrecha que la de Nick y Udo ya que aquí el primero cumple condena por él.
Las operaciones de los agentes son más explícitas al tiempo que la exageradísima caracterización de Cage echa por tierra toda la credibilidad de la trama; curiosamente con su volátil, brutal e inframental Brown el actor recuerda al villano de la novela original de Eleazar Lipsky en la que se basó la obra de Hathaway, pero con aún menos cerebro. El trato de personajes es bastante terrible e insisto en el patinazo de Price, porque las interacciones entre ellos se producen en tres niveles básicos: no hacer más que decir obviedades con respecto al argumento sin aportar nueva información, intercambiar algunos clichés dramáticos o bien enzarzarse en situaciones y conversaciones que resultan incomprensibles y absurdas.

Al final Jimmy demuestra mucha menos inteligencia que su doble anterior, Nick, cuando se trata de confrontar al villano, tal vez porque Schroeder hace mayor hincapié en estrechar el cerco alrededor de él. Y es que si esta "Kiss of Death" funciona a algún nivel es en el de mantener la tensión propia del "thriller" policíaco en la cual al espectador no le importa dejarse atrapar de la misma forma que los personajes, y sobre todo ese sufrido protagonista del cual sólo podemos sentir una creciente lástima y preguntarnos qué más le puede pasar.
Aquí esa sensación de opresión es mayor que en el film original ya que no cuenta con la gran ayuda que le brindaba el fiscal D'Angelo y en el potaje de traiciones y mentiras de Price toman parte otros agentes de la ley que juegan en su contra, por tanto la única salida que queda es lanzarse y arriesgar la vida como bien hace él, y de paso eso le sirve al director para desplegar más dosis (innecesarias) de acción, violencia y pirotecnia, pero Hathaway lo hizo mejor al dejarnos en la duda de si Nick había sobrevivido o no...
Chris Jiménez
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