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Voto de Chris Jiménez:
10
Drama Mark Renton, un joven escocés de Edimburgo, y sus amigos son adictos a la heroína, lo que significa que viven fuera de la realidad, en un mundo aparte. Dentro del grupo hay un psicópata alcohólico y violento, un joven desesperado, un mujeriego con un conocimiento enciclopédico sobre Sean Connery y un entusiasta de las caminatas y de Iggy Pop. (FILMAFFINITY)
27 de mayo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Considerada por la inmensa mayoría como una de las películas más audaces y rompedoras de finales del siglo XX, el origen de "Trainspotting" lo encontramos en la novela homónima del autor Irvine Welsh, quien imprimió a la perfección su irreverente, imaginativo, brutal y tremendamente crítico punto de vista sobre la sociedad en éste, su primer y más conocido trabajo, escrito en 1.993.

Aplaudido por la crítica y alcanzando el estatus de obra de culto, no tardaría en llegar su adaptación a los escenarios poco antes de barajarse la posibilidad de trasladarlo a la gran pantalla, lo que se le antojó al productor Andrew MacDonald tras quedar impresionado con la novela, ofreciendo el puesto tras la cámara a Danny Boyle, quien comenzaba a llamar la atención gracias a su genial debut "Tumba Abierta", y dejando a John Hodge al guión, para el que la tarea de condensar en 90 minutos todo el intrincado y complejo universo del texto original (el cual abarcaba más de 300 páginas) resultó la mar de complicada, perdiéndose por el camino varios personajes y situaciones para centrar la acción dramática en el quinteto protagonista que todos nos conocemos, encabezado por el joven Mark.
Hundido en la rutina de la marginación social y la miseria por culpa de su adicción a la heroína, placer que comparte con sus amigos, éste decide abandonar de una vez por todas para intentar dar un sentido a su vida lejos de la dependencia las drogas...aunque la senda para hallar la salvación está plagada de dificultades. Ya los primeros minutos del film son un buen garante de lo que Boyle, concienciado con el estilo y la mirada crítica de Welsh, nos va a ofrecer; a ritmo frenético y abrumador, narrado desde el punto de vista de Mark (el del propio autor) y recogiendo influencias que van desde "El Buscavidas" a "La Naranja Mecánica" pasando por todo el "free cinema" de los '60, Boyle abre una brecha entre realidad y surrealidad plasmando en pantalla lo que piensan y sienten los personajes mientras nos introduce en el inframundo de la sociedad.

Ese habitado por seres que han hecho de las drogas un motivo de existencia y cuyo destino no es sino seguir hundiéndose; la secuencia en la que el protagonista se mete, literalmente, en el retrete (quizás la más famosa del film) será toda una declaración de intenciones...pero aun con un imaginario que rápidamente se escora del lado de la extrañeza y el onirismo, "Trainspotting" exhibe en su forma más cruda y desgarradora la desintegración y la autodestrucción. Esto lo hará no condenando a los personajes, sino acercándose a ellos desde la comprensión, todo lo que no reciben de una sociedad que los excluye o los considera inferiores (los padres de Mark o Begbie, otra clase de adictos moralmente aceptable).
Ese será, sin duda, uno de los puntos clave: radiografiar, desde dentro (los barrios de Edinburgo) y desde fuera (las concurridas avenidas de Londres), desde el pesimismo y la amargura, desde el optimismo y la esperanza, todos los aspectos de la sociedad y la generación de la época (sobre todo la escocesa), una generación quizás no demasiado preparada para los numerosos y rápidos cambios que propone el final del siglo (muy bien expresado por Diane). Mark será el centro de nuestra atención desde el comienzo por su propósito de cambiar y no mirar atrás, aunque se vea constantemente perseguido por los fantasmas de su pasado (Begbie y "Sick Boy"), quienes hacen lo posible por volver a arrastrarle al abismo.

Los constantes giros del destino (siendo el más pronunciado el que atañe a Tommy) y las tragedias y desengaños en el seno de la familia, la amistad y el amor derivarán en ese último tramo dominado por una intriga más propia de las historias de criminales en el que Boyle parece recordar su anterior obra (algo que corrobora la aparición de Keith Allen en un papel similar al que interpretaba en aquella), cuyos elementos y particular universo perfecciona en la que nos ocupa. Al mismo tiempo rendirá un gran homenaje a la ya nombrada "La Naranja Mecánica", tanto en estética y recursos formales (la escena donde Tommy y "Spud" hablan en la discoteca) como en estructura (la segunda mitad de esta película encuentra sus semejanzas con la planteada en la de Kubrick) como en personajes (Mark, reflejo de Alex).
Para algunos el círculo infinito de desgracias nunca se cierra, pero "Trainspotting", pese a su triste, destructiva y degenerada visión de la vida, termina inclinándose por la salvación. Diálogos tarantinianos, memorable banda sonora y una técnica visual del todo arrolladora (destacando la imaginativa puesta en escena, el taquicárdico montaje y el trabajo de fotografía) se unen a un sensacional elenco compuesto de los insoportables Robert Carlyle, Kelly MacDonald y Jonny Lee Miller y los encantadores y carismáticos Ewen Bremner, Kevin McKidd y, por supuesto, Ewan McGregor, quien pone a prueba toda su capacidad física y mental interpretando a Mark; todos ellos dando vida a personajes con los que resulta fácil empatizar...personajes, al fin y al cabo, de la vida real. El propio Irvine Welsh hace una breve y genial aparición.

Sátira brutal, descarnada y a menudo ecléctica sobre el mundo de las drogas y la juventud perdida cuyas imágenes se inyectan en las retinas, se sienten en las mismísimas entrañas y le encogen a uno el alma (destacando una secuencia que detallaré en Zona Spoiler). "Trainspotting" cambió en cierto modo el panorama de la industria cinematográfica además de calar muy hondo en el corazón y la mente de la joven generación que tuvo la suerte de disfrutar de ella en el cine.
Yo, por mi parte, la descubrí con 18 años (gracias a una profesora de imagen y sonido que decidió ponerla en clase) y sigue impactándome, fascinándome y atrapándome como el primer día. Contiene, además, una de las frases más vaticinadoras que se han pronunciado: "Dentro de 1.000 años no habrá tíos ni tías...solo gilipollas".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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