No, a mí no me des las gracias, Cyrus. Mi padre, que es un gran seguidor del cine de acción, sobre todo del americano, llegó aquella noche de sábado a casa con dos pizzas, dos coca-colas y esta película que trajo del videoclub. Y hala, a disfrutar.
Me lo pasé como un enano viendo esta burrada de aventura de acción que respondía al nombre de "Con Air". Pero considerando el tipo de película de la que hablamos...¿es que acaso se puede esperar más?

Seguramente no, porque ese es el objetivo del vuelo en el que Simon West nos mete de cabeza. Un vuelo iniciado desde una prisión federal en la que el convicto Cameron Poe, un ranger duro y americano hasta la médula que es encarcelado por matar a un tipo en defensa propia, ha logrado la libertad condicional tras ocho años; lo único que desea, cual Ulises, es regresar a casa junto a su esposa y su hija, a la que todavía no conoce. Pero, al igual que el personaje de Homero, este hombre tendrá que vivir una auténtica odisea para lograr sus propósitos.
Y es que, sin comerlo ni beberlo, los prisioneros que transportaba el avión han conseguido liberarse y tomar el control; una situación la mar de jodida teniendo en cuenta la calaña que hay a bordo y con el psicópata Cyrus "el Virus" Grissom al mando, cuya intención es huir a un país sin tratado de extradición. Así que, con la ayuda del marshal Larkin, el bueno de Cameron deberá reducir la amenaza en el avión, evitar que los agentes lo hagan explotar en el aire, salvar la vida a su compañero de prisión e intentar aterrizar el bicho sin provocar accidentes, todo eso antes de que pueda conocer a su hijita y lleguen los créditos finales. Abróchense los cinturones, señores, porque va a ser un viaje movidito.

Cuando "La Roca" se convirtió en el mayor éxito del verano y en uno de los films más rentables del año 1.996, habiendo recaudado la friolera de 335 millones de dólares, al sr. Jerry Bruckheimer le salía dinero hasta de las orejas, pero no por ello se mantuvo ocioso ni se tomó ningún descanso. En realidad ya se estaba preparando para abordar un nuevo proyecto: una película de acción a lo grande que fuera perfecta para el verano y que reventase la taquilla como la de Michael Bay un año antes; de hecho, la que nos ocupa se estrenó el mismo mes y semana que "La Roca", sólo con un día de diferencia.
El argumento se le encargó al reconocido Scott Rosenberg, que se llevó el premio a mejor guión en el festival de San Sebastián por "Beautiful Girls", y que cualquiera diría que ambas películas están escritas por el mismo tío. Para ocupar el puesto tras la cámara se contrató al célebre realizador de videoclips y anuncios Simon West, que debutaba así como director de cine (qué mejor para un film de este estilo que alguien especializado en videoclips), dándonos más tarde títulos igual de insustanciales y mediocres como "Lara Croft: Tomb Raider", "The Mechanic" o la secuela de "Los Mercenarios".

Desde el mismísimo comienzo, y eso es algo que se deja claro durante todo el metraje, a juzgar por el número de banderas con barras y estrellas que aparecen en pantalla, vamos a asistir a una peli de acción americana, de tomo y lomo, tanto como el protagonista, paradigma del soldado estadounidense recto, implacable y con un corazón que no le cabe en el pecho, dispuesto a lo que sea por volver a casa con su querida familia o salvar a un compañero caído. Las dosis de patriotismo exacerbado de las que hace gala el sr. Rosenberg llegan hasta el tedio, al igual que los muchos sentimentalistas momentos que ya me dirán ustedes qué cojones pintan en un film de acción como este.
Tampoco es que se pueda hacer mucho hincapié en el argumento, de lo más inverosímil y previsible, el cual alberga diálogos o frases que en más de una ocasión rayan la vergüenza ajena y un deseo nulo de ahondar en la personalidad de los protagonistas, sin duda interesantes (Cyrus, Johnny "23", Garland, Nathan...), pero quedando vacíos para el espectador; además, los psicópatas están vistos desde una sola perspectiva, la más insustancial y asimilable de la sociedad norteamericana: todos chiflados y punto. Lo que queda claro es que Simon West debuta con eficiencia, combinando en uno el estilo de Michael Bay, John McTiernan, John Woo y Tony Scott y demostrando que tiene buena mano para la acción más frenética, violenta, gamberra, vertiginosa y salvaje, pues esa es la máxima de "Con Air".

El gran reparto coral es de las pocas cosas que se salvan, y es que cuenta nada menos que con John Cusack, Steve Buscemi, Ving Rhames, Danny Trejo, Rachel Ticotin, Colm Meaney y Monica Potter con Nicolas Cage y John Malkovich, el mejor de todos, a la cabeza, algunos de ellos dejando al espectador con la duda de por qué demonios se encuentran en este despropósito. En fin, para mí "Con Air" no es más que un videoclip de dos horas, muy divertido, hecho para disfrutar y olvidar rápidamente.
Por supuesto fue otro exitazo para Bruckheimer, gastándose lo mismo que en "La Roca" y recaudando el triple en taquilla. Qué más puedo decir, se me pasó volando (je...).