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Voto de Chris Jiménez:
8
6,3
36.665
Acción. Thriller
Jack Ryan es un agente que ha abandonado la CIA. No ha sido una decisión fácil, pero no se arrepiente porque ahora, por primera vez, tiene una vida familiar. Durante unas vacaciones en Londres, mientras pasea por la ciudad con su familia, es testigo de un atentado del IRA contra Lord Holmes, un distinguido miembro de la Familia Real Británica. En medio de la confusión, los gritos y las llamas, Ryan reacciona automáticamente: le salva la ... [+]
16 de abril de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre en el momento más inoportuno y en el lugar menos adecuado, así es John Patrick Ryan, y tanto para salvar a su familia como a la familia Real de ser el blanco de una célula terrorista de chiflados psicópatas.
El problema es que ellos puedan querer volver y considerarle un nuevo blanco para tomar venganza...
Cuando se publica "The Hunt for Red October" en 1.984 y acaba convertido en uno de los libros más exitosos de la temporada, Thomas Clancy pasa de ser un corriente agente de seguros de Maryland a escritor de prestigio, sobre todo dentro de los círculos militares/políticos, donde es tan ensalzado como criticado; eficazmente dirigida por John McTiernan seis años después, con un inmenso reparto y un sólido guión, su adaptación a la gran pantalla es otro gran hito para el "thriller" cinematográfico. Se barajan así posibilidades dentro de Paramount para otra aventura del analista de la C.I.A., pero las cosas cambiarían desde la base, y el autor se sintió menos interesado y más furioso con los tipos de Hollywood...
Se parte de la idea principal de un cambio forzado en la edad del personaje, con unos 37 años originalmente (atendiendo a la lógica de la cronología en las novelas), dado que Alec Baldwin ha desertado del proyecto tras algunos retrasos y nuevos contratos; esta nueva perspectiva capta la atención de Harrison Ford, quien rechazó aparecer en el film anterior, asegurando su participación en dos adaptaciones. Precisamente lo que le hace interesarse por su papel es aquello que "Juego de Patriotas" se esmera en mostrar desde el primer momento: antes la familia estaba desplazada del argumento, ahora formará parte de él íntegramente.
El Ryan de Baldwin no era más que un simple intermediario entre los deseos ambiguos de Ramius y los recelosos militares estadounidenses; el del título presente se relaciona mejor con esos individuos a los cuales Ford está acostumbrado interpretar, profundizando, acorde a los deseos de los productores, en su carácter como hombre de familia emocional en lugar de como analista cerebral. Queda subrayado en su impulso de poner a salvo a Caroline (una inmejorable Anne Archer sustituyendo a Gates McFadden) y Olivia, ya crecida (hermosa y muy creíble Thora Birch), de un ataque terrorista inesperado en las calles de Londres.
No es ahora McTiernan quien orquesta la acción, sino Phillip Noyce, uno de los más reconocidos miembros de la Nueva Ola australiana, casi recién llegado a EE.UU. en ese momento; se trata de un reemplazo inteligente, pues resulta ser alguien que sabe mantener la tensión en pantalla por medio de las emociones y reacciones de sus actores (ejemplo perfecto en su filmografía es "Calma Total"). Notables los cambios perpetrados por Donald Stewart y Peter Iliff en el libreto en comparación con el texto original, cambios que seguirán favoreciendo el enfoque "humano" de la historia.
Si bien, más que favorecer ningún enfoque, lo que hacen es convertirse en impulsores/incentivos del desarrollo argumental a partir de aquí; Sean Miller, principal antagonista, aparece en compañía de un hermano inventado para la ocasión, Patrick, que serán detenidos por Jack en el secuestro de los príncipes de Gales, transmutados en la familia del ministro de Irlanda Will Holmes. Con este hermano muerto parece que todo rastro de rencor sociopolítico desaparece, o queda solapado, por el acto de la venganza debido al odio personal; otros intereses en la trama serán secundarios, y por lo tanto menos esenciales.
Este intento de humanizar a los villanos choca radicalmente con la visión de Clancy acerca del terrorismo, sus vías más anarcocomunistas y quienes lo ejercen empleando la fuerza sobre población civil; esa vena reaccionaria, tan habitual del autor, se expresa en un retrato áspero, y sin ambigüedades morales, sobre tipejos desalmados, terribles, miembros de un grupo independiente (Ejército de Liberación de Ulster). La modificación planteada les une primero al Ejército Republicano Irlandés (representado por esa leyenda del cine que es Richard Harris), pero a no mucho tardar acaban desvinculados como disidentes.
Parece que el guión quiere alejar las acciones erróneas de unos cuantos chiflados de unos ideales políticos en principio "respetables"; el I.R.A. es benevolentemente perdonado por EE.UU....no en nombre de Clancy, pero sí de Iliff y Stewart. L.a trama que ambos arman siguen de cerca los pasos de Ryan al son de los de Miller, en constante acecho de su familia, y al mismo tiempo la actitud del protagonista cuando detuvo el golpe terrorista se debió a un "acto de pura rabia", "sin pensar"; Noyce propone una aventura mucho más entregada a la causa de la reacción visceral y la intensa acción, con el foco en la intimidad del hogar por encima de todo interés nacional/internacional y complejas intrigas de espionaje.
Mientras, Padraig O'Neil, James Greer, Dennis Cooley, Kevin O'Donnell y Miller quedan tan desaprovechados como sus actores (en especial estos dos últimos: O'Donnell, original líder de los U.L.A., pues sus actos y los de sus compañeros nunca están aquí del todo claros, sólo les vemos yendo de acá para allá con total libertad (de un país a otro como quien cruza la acera) ); en el caso de Miller, Sean Bean se divierte haciendo de chico malo con menos cerebro que una silla, llevado por la venganza fuera de toda lógica.
A pesar de todo, el director consigue mantenernos pegados a la pantalla durante un clímax, el asalto a la casa de los Ryan, que es un espectáculo de pura tensión, entre imágenes de visión nocturna y oscuridad total bajo el estruendo de una tormenta incesante, llegando a un suspense de tintes góticos.
Más o menos fiel a su fuente, el film arrasa en todas las taquillas del Mundo, presagiando una secuela antes de anunciarse y haciendo de Ryan el nuevo héroe de acción de la década...pero en absoluto lo era...
El problema es que ellos puedan querer volver y considerarle un nuevo blanco para tomar venganza...
Cuando se publica "The Hunt for Red October" en 1.984 y acaba convertido en uno de los libros más exitosos de la temporada, Thomas Clancy pasa de ser un corriente agente de seguros de Maryland a escritor de prestigio, sobre todo dentro de los círculos militares/políticos, donde es tan ensalzado como criticado; eficazmente dirigida por John McTiernan seis años después, con un inmenso reparto y un sólido guión, su adaptación a la gran pantalla es otro gran hito para el "thriller" cinematográfico. Se barajan así posibilidades dentro de Paramount para otra aventura del analista de la C.I.A., pero las cosas cambiarían desde la base, y el autor se sintió menos interesado y más furioso con los tipos de Hollywood...
Se parte de la idea principal de un cambio forzado en la edad del personaje, con unos 37 años originalmente (atendiendo a la lógica de la cronología en las novelas), dado que Alec Baldwin ha desertado del proyecto tras algunos retrasos y nuevos contratos; esta nueva perspectiva capta la atención de Harrison Ford, quien rechazó aparecer en el film anterior, asegurando su participación en dos adaptaciones. Precisamente lo que le hace interesarse por su papel es aquello que "Juego de Patriotas" se esmera en mostrar desde el primer momento: antes la familia estaba desplazada del argumento, ahora formará parte de él íntegramente.
El Ryan de Baldwin no era más que un simple intermediario entre los deseos ambiguos de Ramius y los recelosos militares estadounidenses; el del título presente se relaciona mejor con esos individuos a los cuales Ford está acostumbrado interpretar, profundizando, acorde a los deseos de los productores, en su carácter como hombre de familia emocional en lugar de como analista cerebral. Queda subrayado en su impulso de poner a salvo a Caroline (una inmejorable Anne Archer sustituyendo a Gates McFadden) y Olivia, ya crecida (hermosa y muy creíble Thora Birch), de un ataque terrorista inesperado en las calles de Londres.
No es ahora McTiernan quien orquesta la acción, sino Phillip Noyce, uno de los más reconocidos miembros de la Nueva Ola australiana, casi recién llegado a EE.UU. en ese momento; se trata de un reemplazo inteligente, pues resulta ser alguien que sabe mantener la tensión en pantalla por medio de las emociones y reacciones de sus actores (ejemplo perfecto en su filmografía es "Calma Total"). Notables los cambios perpetrados por Donald Stewart y Peter Iliff en el libreto en comparación con el texto original, cambios que seguirán favoreciendo el enfoque "humano" de la historia.
Si bien, más que favorecer ningún enfoque, lo que hacen es convertirse en impulsores/incentivos del desarrollo argumental a partir de aquí; Sean Miller, principal antagonista, aparece en compañía de un hermano inventado para la ocasión, Patrick, que serán detenidos por Jack en el secuestro de los príncipes de Gales, transmutados en la familia del ministro de Irlanda Will Holmes. Con este hermano muerto parece que todo rastro de rencor sociopolítico desaparece, o queda solapado, por el acto de la venganza debido al odio personal; otros intereses en la trama serán secundarios, y por lo tanto menos esenciales.
Este intento de humanizar a los villanos choca radicalmente con la visión de Clancy acerca del terrorismo, sus vías más anarcocomunistas y quienes lo ejercen empleando la fuerza sobre población civil; esa vena reaccionaria, tan habitual del autor, se expresa en un retrato áspero, y sin ambigüedades morales, sobre tipejos desalmados, terribles, miembros de un grupo independiente (Ejército de Liberación de Ulster). La modificación planteada les une primero al Ejército Republicano Irlandés (representado por esa leyenda del cine que es Richard Harris), pero a no mucho tardar acaban desvinculados como disidentes.
Parece que el guión quiere alejar las acciones erróneas de unos cuantos chiflados de unos ideales políticos en principio "respetables"; el I.R.A. es benevolentemente perdonado por EE.UU....no en nombre de Clancy, pero sí de Iliff y Stewart. L.a trama que ambos arman siguen de cerca los pasos de Ryan al son de los de Miller, en constante acecho de su familia, y al mismo tiempo la actitud del protagonista cuando detuvo el golpe terrorista se debió a un "acto de pura rabia", "sin pensar"; Noyce propone una aventura mucho más entregada a la causa de la reacción visceral y la intensa acción, con el foco en la intimidad del hogar por encima de todo interés nacional/internacional y complejas intrigas de espionaje.
Mientras, Padraig O'Neil, James Greer, Dennis Cooley, Kevin O'Donnell y Miller quedan tan desaprovechados como sus actores (en especial estos dos últimos: O'Donnell, original líder de los U.L.A., pues sus actos y los de sus compañeros nunca están aquí del todo claros, sólo les vemos yendo de acá para allá con total libertad (de un país a otro como quien cruza la acera) ); en el caso de Miller, Sean Bean se divierte haciendo de chico malo con menos cerebro que una silla, llevado por la venganza fuera de toda lógica.
A pesar de todo, el director consigue mantenernos pegados a la pantalla durante un clímax, el asalto a la casa de los Ryan, que es un espectáculo de pura tensión, entre imágenes de visión nocturna y oscuridad total bajo el estruendo de una tormenta incesante, llegando a un suspense de tintes góticos.
Más o menos fiel a su fuente, el film arrasa en todas las taquillas del Mundo, presagiando una secuela antes de anunciarse y haciendo de Ryan el nuevo héroe de acción de la década...pero en absoluto lo era...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Es de ley mencionar que también la lógica y la moral del analista en la novela se quiebra irremediablemente durante los instantes climáticos, ya que aquí éste cumple su venganza y se deshace en trepidantes secuencias de acción de los enemigos.
Pero, eso, claro, lo consigue rebajando su venganza ciega al nivel de éstos. No extraño que Clancy, quien prefirió que las autoridades arrestaran vivo a Miller en lugar de matarlo de forma artificiosa como termina haciendo el sr. Ford, se mostrase descontento con este cambio de intenciones, de mensaje. Así, respetando la esencia del libro, se puede entender mejor esa escena previa en la oficina.
Observen la mirada de Ryan, tristemente derrotada tras presenciar la tan fácil destrucción del campamento a través del satélite, en ese frío y negro cuarto de la C.I.A., rodeado de seres imperturbables, temibles, estériles y alta tecnología. ¿Dónde está el heroísmo? Ryan sabe que ni lo es él ni sus eficientes compañeros y jefes...
Pero, eso, claro, lo consigue rebajando su venganza ciega al nivel de éstos. No extraño que Clancy, quien prefirió que las autoridades arrestaran vivo a Miller en lugar de matarlo de forma artificiosa como termina haciendo el sr. Ford, se mostrase descontento con este cambio de intenciones, de mensaje. Así, respetando la esencia del libro, se puede entender mejor esa escena previa en la oficina.
Observen la mirada de Ryan, tristemente derrotada tras presenciar la tan fácil destrucción del campamento a través del satélite, en ese frío y negro cuarto de la C.I.A., rodeado de seres imperturbables, temibles, estériles y alta tecnología. ¿Dónde está el heroísmo? Ryan sabe que ni lo es él ni sus eficientes compañeros y jefes...