Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Chris Jiménez:
3
Terror. Comedia Dos jóvenes llaman al programa de radio de Stretch para burlarse. Cuando lo vuelven a hacer un rato después, sólo se escuchan gritos y el sonido de una motosierra. Al día siguiente la policía averigua que el responsable de la matanza es el mismo que trece años antes asesinó a los amigos de Sally, la protagonista de la primera película. El tío de Sally decide vengarse y se pone en contacto con Stretch... (FILMAFFINITY)
23 de mayo de 2020
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1.974 se produjo uno de esos curiosos fenómenos en la Historia del cine que llegan muy de vez en cuando. "La Matanza de Texas" se estrena causando el estupor general y su director, un joven natural de Austin llamado Tobe Hooper, logra el reconocimiento y la fama gracias a su pequeña y austera producción (de unos 100.000 dólares).

Ésta no tarda en ser considerada por la inmensa mayoría como una de las películas más aterradoras de todos los tiempos, terminando de definir un subgénero que desde hace años se lleva gestando en la industria: el "slasher". Sin embargo, y pese al milagro que supondría "Poltergeist" (más polémico que otra cosa pues nunca se supo quien se implicó más en él, si Spielberg o Hooper), la carrera de éste último se vio atravesada por títulos de irregular calidad, y más aún cuando los productores de Cannon, Menahem Golan y Yoram Globus, le contrataron para realizar tres films disponiendo de un holgado presupuesto.
Tras "Lifeforce" e "Invasores de Marte" se decidió por algo infalible, sobre todo en lo que a éxito de taquilla se refería: rescatar su ópera prima y preparar, en compañía del guionista Kit Carson, una secuela. El comienzo del film, tras un breve repaso a lo sucedido en la primera parte, es ya de por sí toda una declaración de intenciones: los "hippies" alegres son sustituidos por dos energúmenos "yuppies" que chillan y disparan con un revólver a los carteles de una carretera desierta de Texas por la que conducen a toda velocidad y en la que más tarde serán pasto de la sierra mecánica del reencontrado "Leatherface" (al que aquí, y aún no me explico por qué, llaman Bubba).

Todo ello mientras están en antena en un programa de radio llevado por la joven "Stretch", que grabará lo sucedido, y que formará equipo con un personaje metido con calzador, el ranger "Lefty", tío de Sally y Frank, que busca a los asesinos que les torturaron. En efecto, las intenciones de Hooper son fáciles de adivinar en esta secuela: lejos de hacer hincapié en las claves que hacían de su predecesora una inquietante y desasosegante historia de terror, éste se inclina por un delirio colmado de humor negro y unas concesiones tan excesivas como disparatadas al "gore" que a menudo nos recordará a "Posesión Infernal" o a la italiana "Demonios".
La atmósfera resulta malsana, sádica y grotesca, pero nunca terrorífica; la elaborada puesta en escena destaca por su poder visual, inventiva y su minuciosa atención de los detalles en detrimento del realismo y crudeza, del mismo modo que ocurre con la violencia, expuesta de forma caricaturesca y tremendamente efectista. Para más inri, la demencial familia de asesinos queda reducida a una pandilla de excéntricos y patéticos individuos donde prima la obsesión por el dinero, lo que en cierto modo sirve para lanzar una solapada crítica sobre los atroces efectos del capitalismo en EE.UU..

Esa inesperada aparición de "Leatherface" empuñando la sierra mecánica trae buenas expectativas: el mítico personaje ha venido a conquistarnos como sólo él sabe...no obstante se producirá de repente un flechazo (¡!) entre la mole humana y "Stretch" (¿qué tiene ésta que no tuvieran las féminas de la primera parte?). Sin caer en ningún momento en lo previsible, pues la trama estará llena de giros (aunque todos ellos en base a pesadas incongruencias), Hooper practica la demolición y degeneración de su propia obra sin vergüenza alguna (y si todavía queda alguna duda la mejor muestra la tendremos cuando sigamos a la chica y "Lefty" al interior de la guarida de la familia, cuyo fantástico imaginario parece directamente sacado de la mente de Freddy Krueger).
Ya en la segunda mitad somos bombardeados con una serie de disparates que dejan catatónico donde lo absurdo queda elevado al paroxismo (ojo a la escena tragicómica entre un deshollado L.G. y "Stretch") al tiempo que se intenta rendir tributo a la "Matanza" original (por unos segundos volverá la esencia de puro y duro terror), antes de desatarse el más delicioso de los delirios al enfrentarse "Lefty" y "Leatherface" en un combate antológico.

Mientras pone al frente a un hilarante y autoparódico Dennis Hopper y a la irritante Caroline Williams, quien se regodea en su afán por el grito fácil honrándonos con una colección de alaridos a cada cual más insoportable, el director (que realiza un gracioso cameo en la película) sólo recuperará de la original al siempre sorprendente Jim Siedow, tomando Bill Johnson (más mal que bien) el relevo de Gunnar Hansen dando vida a un "Leatherface" que descubre sus sentimientos ante nosotros; el desquiciante y desquiciado Bill Moseley y el impagable Lou Perryman (asistente de cámara en la primera parte) completan el pintoresco elenco.
Sirviéndose de un guión que se reescribía durante el rodaje (eso explica lo caótico del argumento), Hooper plantea una descacharrante sátira puramente ochentera, no sólo de su obra sino del cine de terror en general, que deriva en una locura "exploitation" más penosa que graciosa donde lo único a destacar son los geniales efectos creados por Tom Savini y la caradura que hallamos en algunos momentos (sin desperdicio el ver a "Stretch" sacudiendo la sierra entre chillidos, quedando como el perfecto reflejo de "Leatherface" al final de la primera parte).

La película sufriría la misma suerte que "Pesadilla en Elm Street" durante los '80: convertirse en una parodia de sí misma, síntoma de una pésima decisión, aunque fuese con las mejores intenciones. Cosa curiosa ésta, que no dejó satisfechos a los de Cannon (no querían una comedia) rendiría bien en taquilla aun encontrándose con críticas que la aplastaron sin piedad.
Hoy en día esta secuela ha quedado para muchos (Rob Zombie y Robert Rodríguez además) relegada a una pequeña joya de culto...honor que sólo se merece su predecesora, la auténtica matanza de Texas.
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow