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Voto de Chris Jiménez:
1
Comedia. Terror Saturnino, un joven arqueólogo, burgués y adinerado, vive en una lujosa mansión. Un día recibe una visita de su viejo profesor, Don Felipe, acompañado de su hija y de una monumental momia que acaba de descubrir en una de sus excavaciones en el Alto Nilo. La Momia fue, en sus tiempos, una princesa, y tiene sobre sus vendas un maleficio, que cuando se rompa... se dedicará a perseguir y violar a todos los hombres que encuentre en su camino. (FILMAFFINITY) [+]
4 de agosto de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De horror de horrores. El hombre-lobo, Nosferatu, una momia cachonda, una anciana asesina, vampiras prostitutas...¡para entrar a vivir, ni más ni menos!
Un despiporre de dimensiones astracanescas, las secuelas pueden ser considerables.

Había llovido no mucho, muchísimo, desde que José Ramón Larraz lograra una nominación a la Palma de Oro gracias a "Symptons", su obra maestra, allá por 1.974; cuando volvió a pisar suelo patrio le pasó lo mismo, tristemente, que a otros coetáneos también iniciados a principios de aquella década en el cine de terror de explotación. Esto es: que acabaron arrastrados por el peso de su filmografía sin poder hacer nada por evitarlo, y terminando por realizar o copias sin calidad de sus propias obras o farragosas producciones eróticas tan del momento del "destape".
Pese a sus irregularidades y similitudes con otras propuestas del género, "Estigma" recupera algo de ese atractivo indudable que tenían sus primeros trabajos; se junta entonces con José Frade y se pone al frente, ignoro el por qué, supongo que por cuestiones alimenticias, del engendro que tenemos aquí. Ya las primeras escenas de "La Momia Nacional" son para tener muy en cuenta, pues nos ayudan a analizar lo que es el anti-humor español con todo lujo de detalles; Juan José Alonso Millán se sigue esforzando para demostrarnos en qué abismo había caído su talento para el planteamiento y los diálogos llegados los '80.

En serio, cuando vemos al arqueólogo y aventurero Felipe entrando en la mansión burguesa de su viejo colega Saturnino somos sometidos a una serie de interacciones entre personajes y diálogos que hacen temblar los cimientos de nuestra lógica; pero eso es sólo el principio. Larraz se presta a desencadenar el vodevil más idiota al estilo de Ozores pero sin su dominio único de la comedia coral y la facilidad para la broma, más bien en la línea de "El Liguero Mágico", de nuevo en una casa de configuración delirante ocupada por personajes imposibles y con fenómenos extraños de por medio, provocados por una momia de siglos atrás que trae Felipe y que son los más típicos tópicos del terror "exploitation".
El resultado de esta combinación de elementos es un híbrido entre el "destape" más soez y menos gracioso y el estilo alocado de Paul Naschy, pero cuya cutrez se eleva a la 50.ª potencia. Bien, se supone que aquí el problema es la momia, capaz de volver a despertar y provocar una maldición, pero a nadie le importa; cuando lo hace, la chiflada anciana dueña de la casa se alía con ella y le da un frenesí asesino descontrolado, pero a nadie le importa; Felipe se convierte en hombre-lobo, pero a nadie le importa; incluso a una sirvienta le cortan un brazo, pero a nadie le importa...

Aquí a nadie le importa nada que le pase a los demás, cada uno va por libre y Alonso Millán les obliga a hacer cosas y decir cosas sin explicación, sin sentido ni justificación, porque tampoco lo necesitan; aquí se apuesta por la locura, arbitraria a más no poder. Pero es imposible tomar parte; esto se siente como una fiesta privada de idiotas con sus chistes privados a la que no han invitado al espectador, y claro, éste se queda fuera. Chistes políticos, a mansalva, de una nada escondida vena izquierdista, y groseros, en su inmensa mayoría sexuales, soltados así como así en los momentos más inoportunos.
Los dos colmos será ver que la momia es una fulana ninfómana y que el psiquiatra que trata la conversión de Felipe es un "nosferatiano" propietario de un burdel de vampiras; hay un instante, igual de ridículo que el resto y que lo dice todo con respecto a la nula importancia de sentido común del guión, en que Saturnino y Felipe van a dicha casa a intentar cazar al doctor y a éste se le olvida toda la misión para irse al catre con la primera que pilla. No puede desarrollarse esto sino en una sucesión de disparates consecutivos, y ejecutados con tal desbarajuste que la sensación de vergüenza ajena le puede freír a uno los nervios...

Tenemos a un reparto lleno de buenos actores, como Paloma Hurtado, Francisco Algora, Queta Claver, el pequeño José Jaime Espinosa, las siempre irresistibles Azucena Hernández y Pilar Alcón, e incluso la veterana húngara Muráti "Lili" Aurélia, pero aquí se ve que Larraz les instruyó para realizar la interpretación más horrible de sus respectivas carreras, porque no se salva nadie (quizás Hurtado y Espinosa).
En realidad "La Momia Nacional" podría mencionarse sin problemas como la peor película de cada uno de sus miembros implicados: es lo peor en lo que los anteriores han actuado, lo peor que el director ha realizado, lo peor que Millán ha escrito, lo peor que Frade ha producido, lo peor a lo que Gregorio Segura ha puesto música. Es uno de los mejores ejemplos de las peores "comedias" de la Historia; pero sus minutos finales...

eso ya es insuperable, puro terror, vaya...
Chris Jiménez
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